CUIDADOS SOCIOSANITARIOS

Ni "poco" ni de "forma controlada": los geriatras piden cero sujeciones a los mayores en residencias u hospitales

La Sociedad Española de Geriatría y Gerontología presenta un nuevo documento en el que aboga por el fin de las contenciones -mecánicas y farmacológicas- y pide un cambio legislativo que de cobertura al nuevo modelo de atención

Dos mujeres mayores en una residencia.

Dos mujeres mayores en una residencia.

Nieves Salinas / Cristina Gallardo

No se trata de sujetar "poco", ni de "forma controlada". Se trata de no sujetar a los mayores en las residencias. Ni físicamente, con ataduras; ni farmacológicamente, con pastillas. Porque les causa un enorme daño y existen otras opciones. Y, sí, las sujeciones son maltrato. Así lo ha expuesto este martes la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG) en la presentación del nuevo 'Documento Cuidados sin Sujeciones 2023', elaborado por esta sociedad que pide un cambio legislativo que de cobertura al nuevo modelo de atención.

"Es una filosofía en el cuidado de los mayores. Un cambio de enfoque", señaló en rueda de prensa la doctora Ana Urrutia, miembro de la Comisión Cuidados sin sujeciones de la SEGG y pionera en este campo. Porque, sostiene, hay otra forma de hacer las cosas y de respetar la dignidad de los mayores y no atentar contra sus derechos. La también presidenta de la Fundación Cuidados Dignos España, fue una de las ponentes de un encuentro en el que la SEGG, representada también por su presidente, el doctor José Augusto García y José Pascual, coordinador de la Comisión Cuidados sin Sujeciones de la sociedad científica.

Instrucción de la Fiscalía

El encuentro era para hablar del 'Documento Cuidados sin Sujeciones 2023'. El anterior es de 2014 y era preciso actualizarlo. Pese a ello era el único texto existente. Porque, hasta hace apenas nada, el de las sujeciones a los mayores era tema tabú. De hecho, desde ese 2014, han sucedido muchas cosas, y se han dado "pasos de gigante", admitieron los expertos.

Por ejemplo, los geriatras se remitieron a la Instrucción, firmada en enero de 2022, por la entonces fiscal general, Dolores Delgado, que entre otras medidas, insta a los fiscales de toda España a comprobar que las sujeciones sean algo provisional y estén sujetas a prescripción facultativa, con el fin de evitar abusos.

El acuerdo alcanzado el pasado verano entre el Ministerio de Derechos Sociales y las comunidades sobre cuidados residenciales también alude al fin de las sujeciones de cara a 2025

Los médicos también se refirieron al acuerdo, del pasado verano, del Ministerio de Derechos Sociales y las comunidades sobre el nuevo modelo de cuidados, que aboga por la atención domiciliaria y pone fin a las macroresidencias, al proponer espacios más hogareños, con grupos de convivencia de 15 personas, más personal y más habitaciones individuales. Además, contempla el fin de las polémicas sujeciones, ya sean físicas, mecánicas o farmacológicas. En el horizonte para que ese fin de las contenciones sea una realidad, el año 2025.

Camino por recorrer

Pero los geriatras, quienes, como la doctora Ana Urrutia o José Pascual llevan años defendiendo la política de cero sujeciones, advierten que queda mucho camino por recorrer. Que el proceso no es sencillo. Que hace falta voluntad y medios. De hecho, piensa la SEGG y así se recoge en el nuevo documento -que comenzaron a redactar en plena pandemia- que es necesario un cambio legislativo que dé cobertura a un nuevo modelo de atención sin sujeciones.

El nuevo documento de la SEGG recoge que las sujeciones sólo podrán ser usadas en situaciones urgentes, contar con prescripción médica y en tiempos determinados

En el texto hoy presentado no hay lugar al equívoco. Debe existir un plan nacional para remar en la misma dirección. Que contemple la supresión absoluta de las sujeciones. Sólo podrán ser usadas en situaciones urgentes, sometidas a procedimientos documentados, contar con prescripción médica, supervisión técnica, consentimiento informado, tiempos determinados (no superior a 24 horas) y un análisis de su riesgo. Además, su uso será de obligatoria comunicación al Ministerio Fiscal.

De hecho, indicaron los geriatras, esa instrucción de la fiscalía es la única norma por la que pueden regirse en la actualidad, ante la falta de otra normativa a nivel nacional y un panorama que sigue siendo "heterogéneo" en las diferentes comunidades autónomas que, al final, son las que deben controlar la inspección de los centros. Porque, si se habla de datos, son pocos y dispersos, indicó la doctor Urrutia en la rueda de prensa. Las estimaciones hablan de entre un 20 ó 30 % de sujeciones en las residencias. Pero, reseñó Urrutia, no sólo. También en los hospitales. Donde también se abusa de las contenciones.

Listado de centros

Por eso, los geriatras esperan conocer un poco más de la realidad que se está viviendo a través de la Fiscalía. Conforme a lo establecido en la circular, los fiscales están recibiendo de las residencias, de modo periódico, un listado con las contenciones aplicadas, el tipo de sujeción utilizada, prescripción médica, duración, controles realizados, consentimientos informados exigidos y copia del protocolo de adopción de sujeciones mecánicas utilizado en cada centro. El análisis de dicha información es el que permitirá sacar también conclusiones generales.

Desde la Fiscalía, sin embargo, indican a EL PERIÓDICO DE ESPAÑA, del grupo Prensa Ibérica, que todavía no disponen de datos estadísticos concretos. "La falta de recursos informáticos unificados en los territorios nos impiden dar cifras reales, por lo que tras darle muchas vueltas, preferimos aportar reflexiones y sugerencias de lo informado por los delegados", señalan. 

Un daño irreparable

Lo que sí se sabe, denuncian los geriatras, es el daño que las sujeciones físicas y farmacológicas producen a los mayores. Lo han explicado el presidente de la SEGG quien, en lo físico, relató úlceras por presión, atrofia muscular, retracciones musculares o articulares...Pero también, se refieren a riesgos de problemas de conducta por esos efectos secundarios graves de las sujeciones químicas. Cuando los responsables de este tipo de programas cuestionan a los centros por qué utilizan las ataduras uno de los principales motivos esgrimidos es el temor a denuncias por parte de los familiares de residentes con riesgo de caídas.

Ana Urrutia, quince años trabajando en una nueva forma de cuidar a los mayores y autoridad máxima porque lleva años peleando para que España deje de encabezar el deshonroso ranking de ser uno de los países que más abusan de las sujeciones mecánicas a las personas con demencia en los centros sociosanitarios, ha entonado el "sí, se puede". Ella misma lo hace en su centro de Vizcaya.

Voltear las estadísticas

La Fundación Cuidados Dignos, que encabeza, es la entidad creadora e impulsora de la norma Libera-Care, que nació ante la inquietud de un conjunto de profesionales del ámbito de la geriatría y la gerontología. Casi dos décadas en las que se ha conseguido voltear las estadísticas, y, lo más importante, iniciar una revolución en los cuidados que se prestan en las residencias.

Acabar con las sujeciones, objetivo de los geriatras.

Acabar con las sujeciones, objetivo de los geriatras. / EPE

La geriatra habla de medidas alternativas de apoyo preventivo, positivo y respetuoso que permiten no tener que utilizar esas sujeciones. Y pone ejemplos. Persona con demencia que se levanta varias veces por la noche, que chilla, que deambula...¿Es atarla la solución?. ¿O darle una pastilla?. No, sostiene la médico. Se le puede dejar "chillar o deambular", atendiéndole, vigilándole, cuidándole, hasta conseguir que se calme.

Porque a veces, señalaron los geriatras, tras esos gritos, hay una causa: un malestar físico o emocional. Y eso es lo que hay que atender para lo que, concluyeron, es importantísimo el papel del cuidador que, tanto en el ámbito residencial, como en el privado, cuando se trata de atender a mayores, es imprescindible que tenga formación.