El cáncer de mama es el más frecuente en la mujer española. La estimación de nuevos casos en nuestro país para 2022 es de 34.750. El objetivo actual de la comunidad científica es encontrar terapias que permitan tratar a estas pacientes sin necesidad del uso de quimioterapia: son las llamadas estrategias de desescalada que consisten en eliminar tratamientos innecesarios y tóxicos, sin que tengan un impacto negativo en su pronóstico. Un estudio en el que participan 25 hospitales españoles -junto a centros de Francia, Alemania, Reino Unido e Italia-, abre una puerta a evitar la quimioterapia en pacientes con cáncer de mama temprano HER2 -las siglas en inglés de una proteína denominada receptor del factor de crecimiento epidérmico tipo 2- positivo con buen pronóstico.

El cáncer de mama HER2 positivo, explican los médicos, se caracteriza por la expresión de una proteína llamada HER2, que incrementa la agresividad y posibilidad de desarrollar metástasis de estos tumores. "Dentro de cáncer de mama, es uno de los que más comederos de cabeza nos ha dado porque tiene un componente agresivo", explica a EL PERIÓDICO DE ESPAÑA la oncóloga Cristina Morales, investigadora principal en este trabajo por parte del Hospital Universitario Reina Sofía, de Córdoba. Las pacientes diagnosticadas con el tumor, reciben habitualmente tratamiento con una combinación de quimioterapia y anticuerpos que actúan contra la proteína.

La investigación clínica en oncología quiere priorizar la reducción de la toxicidad asociada al tratamiento del cáncer.

El propósito del ensayo PHERGain-II está en la línea de una de las grandes prioridades para asociaciones de referencia como la American Society of Clinical Oncology (ASCO): que la investigación clínica en oncología priorice la reducción de la toxicidad asociada al tratamiento del cáncer.   "Ahora se está llevando mucho la desescalada de tratamientos. Hasta ahora, cuanto más agresivo el cáncer, más tratamientos. Pero a veces, en determinados escenarios, no es necesario y es ahí donde MEDSIR está realizando ensayos muy innovadores", explica la médico.

Cáncer de mama precoz

La oncóloga Cristina Morales habla de un escenario muy concreto: la opción sería viable en cáncer de mama precoz, de reciente diagnóstico -no metastásico, precisa- y de buen pronóstico. "¿Qué marca el pronostico. En el diagnóstico, el tamaño, la agresividad de las células...En general, en este ensayo se habla de cáncer de mama precoz, con tumores pequeños pero que tienen la 'mala sombra' de que son tumores HER2, que son más agresivos. Sin embargo, a veces, porque sean sólo HER2, no le tienes que poner quimioterapia sí o sí", abunda la médico.

En ese sentido, añade la especialista, la línea que está experimentando el ensayo es que, si las pacientes tienen buen pronóstico -porque por ejemplo, son tumores pequeños-, se podría eliminar la quimioterapia y sus efectos secundarios. "Hay abandonos de tratamientos porque no todo el mundo la aguanta. Afortunadamente no es la quimio de los 80; hoy, a la vez que se pone quimio, se pone mucha medicación para contrarrestar esos efectos", precisa la médico. Por eso, el objetivo es encontrar una nueva terapia que permita prescindir de la quimioterapia tradicional en mujeres que pueden lograr una respuesta similar "con un tratamiento menos tóxico". El estudio podría significar -en un futuro cercano- el fin de la quimio en un porcentaje significativo de mujeres con este tipo de tumores.

"Hay abandonos de tratamientos porque no todo el mundo aguanta la quimioterapia", apunta la oncóloga.

Nivel de respuesta

En el ensayo PHERGain-II, se administra a las pacientes un tratamiento preoperatorio con trastuzumab y pertuzumab, unos fármacos dirigidos a bloquear HER-2, sin quimioterapia. Los tumores son escaneados mediante resonancia magnética antes y después del tratamiento para determinar si se puede predecir el nivel de respuesta patológica alcanzado tras la terapia mediante la obtención no invasiva de imágenes del tumor.

Después de la cirugía, en función de la respuesta, se continua con la misma combinación de medicamentos o bien con T-DM1 -otro bloqueante de HER-2-, y se reserva el uso de quimioterapia sólo para aquellas pacientes que peor hayan respondido al tratamiento preoperatorio. Es decir, las que tengan peor pronóstico. "Hoy sabemos que, en cáncer de mama, sea el subtipo que sea, si conseguimos, con el tratamiento que sea, que el tumor llegue a desaparecer antes de operar, y luego se opera y no queda nada, eso impacta en la supervivencia de las pacientes", indica la doctora Morales.

Resultados alentadores

Los resultados del ensayo PHERGain-I -promovido por la compañía MEDSIR, dedicada a impulsar la investigación clínica en oncología- ya exploraron el potencial de un enfoque de tratamiento sin quimioterapia en pacientes con HER2 positivo y temprano. Se presentaron en el pasado congreso anual de ASCO y fueron alentadores, aseguran los oncólogos: una proporción importante de pacientes tuvo una ausencia total de signos de cáncer en el momento de la cirugía tras recibir tratamiento preoperatorio sin quimioterapia.  

Para implantar la terapia en la práctica clínica habitual, los investigadores realizarán un seguimiento de tres años a las pacientes.

La doctora Morales precisa que el nuevo abordaje terapéutico no permitirá que todos los pacientes prescindan de la quimioterapia, pero sí abre la puerta a diseñar "nuevas formas de reducir la toxicidad de las terapias antitumorales en función de la respuesta del tumor al tratamiento preoperatorio". Según explican desde la farmacéutica, para implantar la terapia en la práctica clínica habitual, los investigadores realizarán un seguimiento de tres años a las pacientes para conocer su evolución y detectar si la tasa de recaídas es equivalente a la obtenida mediante el uso de quimioterapia.

En el ensayo participan un total de 393 personas de 70 hospitales de España, Francia, Alemania, Reino Unido e Italia. Entre los centros españoles figuran, además del Reina Sofía de Córdoba -donde se ha incluido a cinco pacientes- el Arnau de Vilanova de Lleida, el General Universitario de Valencia, el Instituto Catalán de Oncología, el Virgen del Rocío (Sevilla), el Complejo Hospitalario Universitario A Coruña o, en Madrid, el hospital Ramón y Cajal.