Encontraron los zapatos que querían al final del paseo matinal por el centro de Palma. Los Reyes y sus hijas salieron de compras este miércoles por dos tradicionales calles comerciales, Jaume II y Sindicat, aunque también se detuvieron a admirar la reforma de la fachada de Can Forteza-Rey. Tras recorrer la vía peatonal que se inicia en la plaza de Cort, continuaron por la plaza Major y se dirigieron hacia la calle antaño conocida por sus zapaterías locales. En la era de la globalización, ahora dominan las multinacionales, aunque Felipe, Letizia, Leonor y Sofía entraron en una franquicia española casi al terminar la ruta. De allí salieron con una bolsa blanca llevada por la menor de la Familia Real, por lo que seguramente la compra era para ella. Adquirieron "calzado made in Spain", según indicaron desde la tienda Altripiu Palma, y "en todo momento han sido muy amables, como una familia más", añadieron.

Los Reyes y sus hijas pasean por el centro de Palma. MANU MIELNIEZUK

En el exterior la expectación era considerable y algunos de los paseantes que les reconocieron empezaron a hacerles fotos con el móvil cuando pisaron de nuevo la calle peatonal. Alrededor de las 11,30 horas, finalizaron el paseo en la plaza Porta de Sant Antoni, donde estaba aparcado el coche que condujo el Rey, acompañado por su esposa y sus hijas, rumbo probablemente a Marivent.

La primera zapatería que les llamó la atención fue Castell -en Jaume II-, la tradicional firma de abarcas menorquinas. Miraron detenidamente su escaparate, pero no pudieron entrar porque el establecimiento todavía estaba cerrado, tal como explicaron las comerciantes del entorno. Es muy conocida la afición de Letizia por la moda de las islas, por lo que si leyeron el cartel que anuncia la venta de stocks a favor de Aspanob y vuelven, sería una oportunidad para ayudar a una buena causa. Cerca de Castell hay una joyería con piezas antiguas mallorquinas y la princesa Leonor se fijó en que también vendían perlas, tal como hizo saber al resto de la familia, pero no le hicieron mucho caso, ya que continuaron avanzando por la vía peatonal.

La siguiente zapatería en la que se detuvieron fue Ulanka. Entró en primer lugar Felipe VI y tras su "buenos días", la dependienta, Paula, se quedó "con el plumero en alto", según sus palabras. Dejó de limpiar al ver acceder también a la Reina y las hijas, que amablemente la saludaron, aunque se marcharon enseguida.

Se aproximaban al final de la calle cuando un pequeño grupo de curiosos, sobre todo turistas, empezaron a sacar fotos y decir "el rey español" en alemán. Los monarcas y las menores hicieron una pequeña parada en la plaza Marqués del Palmer para poder observar la reciente rehabilitación del inmueble modernista Can Forteza-Rey, una de las joyas arquitectónicas de Ciutat.

Vestimenta

Ajeno a la polémica que suscitó en Colombia por no levantarse cuando exhibieron la espada de Bolívar, Felipe VI regresó a la isla el lunes y, tras superar el jet lag, disfrutó este miércoles del paseo mañanero en un ambiente distendido con su mujer y sus hijas. Vestía un polo celeste y bermudas color caqui, un tipo de pantalón que solo se pone en público en la regata de la Copa del Rey de Vela, disputada la semana pasada.

El atuendo más sorprendente, según las especialistas en moda, fue el de Letizia, debido a que cambió los habituales vestidos o faldas por las bermudas. Eran de rayas verticales azules y blancas de la marca Pimkie, cuya tienda en el centro de Palma está justo enfrente de Can Forteza-Rey. Las acompañaba con una camisa blanca de manga larga, aunque semiarremangada, de la marca Boss, y unas alpargatas planas del mismo color. El toque mallorquín lo puso con su casi inseparable bolsa de tela de llengos azules de la firma Feel Mallorca.

La princesa Leonor lució de nuevo el vestido cruzado rojo y blanco de Mango que se puso el verano pasado para salir a cenar al restaurante Ola de Mar, en el Portitxol. Por su parte, la infanta Sofía estrenó un vestido verde con grandes hojas blancas de Sfera y ambas eligieron para el calzado cuñas de Macarena Shoes.

La jornada de compras sirvió para añadir un par de zapatos más al armario de la Familia Real y, con toda probabilidad, verles por última vez juntos este verano en Mallorca, ya que ahora inician sus vacaciones privadas a otro lugar antes de la vuelta al cole.