Dos minutos antes de las cero horas de este sábado, un adelanto seguramente fruto de la ansiedad de dos años de ausencia, la Feria de Abril de Sevilla ha encendido las más de 200.000 bombillas que alumbrarán las 15 calles de un recinto ferial de 275.00 metros cuadrados, comenzando la semana festiva más esperada por los sevillanos y visitantes tras dos años de pandemia.

Tras meses de obras para levantar su estructura, la portada de la feria se ha iluminado al accionar el correspondiente botón representantes de los trabajadores que han ultimado todos los servicios de la feria, cuando todavía se estaba apurando la tradicional “noche del pescaíto”, la primera cita en las casetas a la mesa con ese producto preparado por toneladas para esta noche.

Una portada que recupera el diseño previsto para 2020 y nunca montado en su fecha prevista, inspirado en el edificio del Hotel Alfonso XIII, con la que se quiere rendir un homenaje al viajero coincidiendo con la conmemoración del V Centenario de la Primera Vuelta al Mundo.

También mantiene en su diseño el homenaje que estaba previsto hace dos años a varias instituciones por distintas efemérides, como el de la base militar de Tablada con motivo de su Centenario; el del Centro Asturiano, que ha cumplido 50 años desde su creación en la ciudad; y, por último, el del Instituto de Enseñanza Secundaria San Isidoro, que también conmemora su 175 aniversario.

Eso sí, para ver en vivo la apertura oficial de la feria ha habido que llegar muy temprano a sus inmediaciones, porque poco después de las once y media de la noche ya no se podía dar un paso en las calles de acceso al recinto ferial, con miles de personas deseando ser las primeras en ver la iluminación de la feria del regreso.

Los arcos de la portada dan acceso a una ciudad efímera con una superficie total de 275.000 metros cuadrados, distribuidos en 25 manzanas, en el recinto ferial situado entre las zonas de la ciudad de Los Remedios y Tablada, en la que se ha desplegado un importante dispositivo para controlar todo tipo de problemas, ya sean sanitarios, de seguridad o los que se puedan producir.

Por eso, para que todo esté controlado, se encargan del mantenimiento y ornamentación del recinto unos 400 trabajadores de las contratas municipales, que emplearán 125.000 horas de trabajo en el 175 aniversario de su fundación, y no perderán ojo a sus 1.054 casetas, además de la “Calle del Infierno”, donde se ubican las atracciones en 125.000 metros cuadrados, con cerca de 400 actividades diferentes dirigidas a todos los públicos con especial atención al infantil.

Para que nada falte, las personas con movilidad reducida lo tendrán más fácil este año para entrar y moverse por la feria, con 50 rebajes nuevos en las aceras de todo el espacio ferial.

La alegría de ese recinto viajará por toda la ciudad y sus alrededores, en forma de ingresos para el sector turístico, ya que la Asociación de Hoteles de Sevilla y Provincia (AHS), que representa a casi 10.000 plazas hoteleras, tiene llenos muchos de sus establecimientos, con esa misma noche de apertura de la feria como la reina, hasta ahora, de los porcentajes de ocupación.

Con todo, las noches del martes y miércoles de Feria, son las que tienen menos perspectivas de ocupación, mientras que el lunes y miércoles son festivos en Sevilla capital, de modo que no cabrá un alfiler en las casetas de una feria que, visto cómo se han reunido hoy los sevillanos en torno a su portada, puede que cierre como la que más visitas ha recibido en toda su historia.