El colectivo que más ha sufrido y sufre las consecuencias de la pandemia de covid-19, con la salvedad de las personas mayores que han perdido la vida por el virus, es el de los jóvenes, según concluye un estudio elaborado por el Centro de Investigación Social Aplicada (CISA) de la Universidad de Málaga.

En la investigación, titulada Jóvenes andaluces 2021 y elaborada a iniciativa del Centro de Estudios Andaluces, su director, el catedrático de Sociología de la UMA Luis Ayuso Sánchez, explica que los jóvenes andaluces que han vivido esta pandemia constituyen la generación más corta, en número, de jóvenes de la historia, lo que tiene sus implicaciones en un contexto de envejecimiento demográfico como el actual.

En un momento crucial

A los jóvenes, ha indicado, la pandemia les ha pillado en un momento crucial de su desarrollo personal y profesional, truncando o alterando de forma considerable, al menos, sus expectativas vitales, informa la Junta de Andalucía en un comunicado de prensa.

«La pandemia y el confinamiento les llegaron en un momento crítico para su inserción laboral. Muchos no han podido hacer prácticas o no han podido, siquiera, buscar trabajo», al menos, en la forma tradicional de hacerlo, explicó Luis Ayuso.

Similar al éxodo rural

Según el estudio, realizado a partir de 1.522 encuestas a andaluces de entre 18 y 34 años, la pandemia ha tenido como consecuencia directa, entre otras, una mayor digitalización.

Ayuso equipara la profundidad de los cambios sociales que se están produciendo en la actualidad a los de la generación que abandonó en masa el campo para irse a la ciudad. «Nosotros nos encaminamos hacia una sociedad digital en todos los ámbitos». 

Así, los jóvenes buscan trabajo o buscan pareja de forma on line, por ejemplo. O trabajan conectados desde casa a través de un ordenador. «Es algo que iba a llegar antes o después, pero la pandemia lo ha adelantado».

Estos cambios, por sí, no son ni buenos ni malos. Son inevitables. La tecnología ha permitido a las familias estar en contacto con sus seres queridos a pesar de las limitaciones de movilidad. «Es verdad que las relaciones se han deshumanizado un poco. Pero los abuelos enfermos han podido ver a sus nietos», indica Ayuso, para quien «la nueva dinámica social genera nuevos escenarios y demanda nuevas herramientas».

Las relaciones de pareja

Algo similar también les ha ocurrido en el ámbito de las relaciones personales, pues el confinamiento y el resto de las limitaciones impuestas por la pandemia han afectado a sus proyectos de emancipación e incluso a sus relaciones de pareja.

La pandemia del coronavirus ha afectado de una manera similar al conjunto del territorio de España, si bien «en Andalucía ha coincidido con unas diferencias estructurales importantes», pues nuestra comunidad autónoma se encontraba en una peor situación de partida, con unos niveles de fracaso escolar mayores que en otras zonas del país, y un paro juvenil que, pese a haber mejorado, sigue siendo mayor que en el resto de España.

El estudio también indica que el 45,1% de los jóvenes andaluces cree que su vida será peor que la de sus padres, frente al 13,2% que piensa que será similar y el 30,5% que opina que será mejor.

Deterioro social evidente

Por otro lado, respecto a las relaciones de los jóvenes con su entorno familiar, el 32,1% cree que esta es mejor que antes de la pandemia frente al 15,2% que piensa que ha empeorado; sin embargo, tanto en relación con el ocio (61%), como en lo que se refiere a las relaciones sociales y de amistad (42,6%) o en el ámbito laboral y de estudios (39,7%), la mayor parte piensa que la situación ha empeorado.

Sin embargo, el 91,3% de los andaluces de entre 18 y 34 años pone una nota de 5 sobre 10 o más a su felicidad, y un 71,6% le pone un notable (55,2%) o incluso un sobresaliente (16,4%).