La erupción del Cumbre Vieja, en La Palma, se dio por finalizada el día de Navidad tras 85 días de actividad. El volcán dejó un reguero de destrucción y mucha ansiedad y estrés en la población. CaixaProinfancia, de la Fundación ‘la Caixa’, ha impulsado un proyecto de promoción de la resiliencia para los niños y niñas de la isla canaria. Los materiales, dirigidos tanto a los menores como a sus familias y profesores, han sido preparados por Jorge Barudy, neurosiquiatra, psiquiatra infantil, terapeuta familiar y experto en historia del trauma, y su esposa, la psicoterapeuta Maryorie Dantagnan

¿El estrés que genera una catástrofe natural es comparable a otras situaciones traumáticas? 

El impacto siempre depende de la causa. La gran diferencia se produce cuando son los seres humanos los que causan el daño a otros seres humanos. Eso son atrocidades traumáticas. La más grande es cuando los progenitores maltratan a sus hijos o hijas o abusan sexualmente de ellos. Eso es lo más mórbido. Luego tenemos los accidentes, donde intervienen otros seres humanos, pero no hay intencionalidad. Y después están las catástrofes naturales. Además, el impacto depende mucho de la posibilidad de la explicación, del sentido. Los seres humanos necesitan encontrar un sentido a lo que les pasa. Por eso es tan importante explicar a los niños, dar el máximo de información para que entiendan.

¿Cómo unos padres y madres que vivieron lo mismo que estos niños pueden ayudarles?

Por eso el programa tiene siempre tres pilares: los niños, los padres y los profesionales. Tanto unos como otros tienen derecho a verse afectados, no son invulnerables. Las madres, y seguro que también muchos padres, tienen la capacidad de autorregularse en función de las necesidades de sus hijos. Esa capacidad de las mujeres, de las madres, para posponer incluso su propio sufrimiento y temores para contener a los niños la hemos observado en intervenciones en situaciones terribles, como casos de genocidio. ¡Qué admirables las madres!

No nacemos resilientes. ¿Cómo aprendemos?

La resiliencia es la capacidad de hacer frente a la adversidad. Y es un fenómeno multicausal. Existe la resiliencia primaria, la que te dan el hecho de haber tenido una vida saludable desde la concepción y el afecto, sentirse querido, pero lo interesante es considerar la resiliencia como una producción social, el resultado de la intervención de otro o de un grupo que es capaz de crear una dinámica social para dar apoyo a la población. La resiliencia es la solidaridad y la solidaridad tiene valor terapéutico. También es importante que los niños reconozcan que todo lo que sienten es legítimo en relación al contexto, que no es patológico ni anormal. Y por eso son importantes el ocio y actividades para que el niño pueda expresarse. Ah, y no olvidemos el humor, para poder justamente estimular el cerebro, producir los neurotransmisores que aumentan la esperanza, el estado de ánimo.

De padres resilientes ¿niños resilientes? 

Creo que sí. Los padres resilientes en general tratan bien a sus hijos. A través del afecto, del respeto y del cuidado facilitan la resiliencia de sus hijos. 

¿Los niños de ahora, en general hiperprotegidos, son menos resilientes?

Vivimos una época de dominio del modelo de mercado. Y el éxito de este modelo tiene que ver con el consumo y lo que garantiza el consumo es el individualismo. Esto hace que existe el riesgo de que los niños y las niñas tengan menos recursos resilientes porque muchas veces están muy solos. Una tableta o un móvil no te aportan capacidad para hacer frente a la adversidad, al contrario, te alienan. Este modelo hace que haya una especia de ficción, la vida se transforma en un relato, en una narración que no corresponde a una realidad. 

Los niños han sufrido también lo suyo con la pandemia. ¿Tendremos niños más resilientes después de esto?

El impacto traumático de la pandemia depende de cómo estaban los niños antes. Los niños amados, los niños cuidados, están más protegidos del impacto. Pero lo más importante es cómo los adultos han manejado esta pandemia, y no se ha dado un buen ejemplo para la resiliencia infantil, se ha generado mucha confusión. Para poder desarrollar sus recursos resilientes, los niños necesitan tener confianza en el mundo adulto, ver que es coherente, que actúa pensando en el bien común.