A 60 kilómetros de A Coruña y 30 de la costa de Ferrol, la empresa Parque Eólico Marino Nordés S.L. pretende desplegar 80 aerogeneradores en dos fases. La sociedad, formada por Bluefloat Energy y Sener Renewable Investments, recalca que no se ha iniciado el proceso de tramitación, pero que sí se encuentra en consulta pública. Pero contra este parque de 268 kilómetros cuadrados de extensión se posicionan los firmantes del Manifiesto de Burela: más de 30 asociaciones, entre las que se encuentran las cofradías de pescadores del Cantábrico-Noroeste. Representan a “más de 4.000 unidades pesqueras y más de 12.000 trabajadores que viven de la pesca, lo que nos concede legitimación social, económica y moral para defender nuestra postura”.

¿Qué implicaría la instalación del Nordés ante el Golfo Ártabro? Según la promotora, generaría 14.000 empleos directos en la fase de construcción —6.000 en Galicia—, con otros 240 de mantenimiento y operación. Su vida útil se situaría en tres décadas. En el otro lado de la balanza, las cofradías inciden en que “impactará directa e indirectamente en 30 caladeros de pesca”. Así lo apuntaba ayer Torcuato Teixeira, portavoz de la plataforma y representante del Consello Galego de Pesca en el Observatorio de Eólica Mariña, en la rueda de prensa en Ferrol. En estos caladeros, capturan “especies tan importantes como la merluza, el bonito, la cigala, el jurel, la caballa o el boquerón”.

Consultada por este diario, la empresa recalca que “la propuesta ha tenido en cuenta la actividad pesquera, minimizando la afección a caladeros de pesca”. “Los promotores creemos en la compatibilidad de la eólica marina con la pesca y esperamos entablar un diálogo constructivo con el sector para llegar a acuerdos, que después defenderemos ante las autoridades”, explican.

Las cofradías, que aprovecharon el acto para enviar un mensaje de ánimo a las familias de la tripulación del pesquero naufragado en Canadá, han acordado la presentación de observaciones al proyecto “indicando que el impacto es inasumible para el sector pesquero”. Además, se trasladará la información al Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico “para que vea el impacto económico de una prohibición de la pesca en las zonas de acción del parque, con datos aportados por los jefes de los buques y de las cajas azules de las embarcaciones” —equipos que aportan datos del barco y su navegación—. De hecho, los informes ya se han empezado a enviar al Miteco hace dos semanas.

El sector de la pesca también solicitará al Ministerio “que declare públicamente que no tramitará aquellos proyectos que afecten al ecosistema marino o a nuestra actividad, debido a la reiterada presentación de proyectos privados en zonas especialmente sensibles”. Según Torcuato Teixeira, “lamentamos la demagogia con la creación de puestos de trabajo en una comarca en grave crisis como la de Ferrol, la única solución no puede ser poner en riesgo el ecosistema y sacrificar la pesca por un hipotético maná de empleo”.

Contra la que denominan “colonización de los mares por la eólica”, los integrantes del Manifiesto de Burela, en el que también participan las cofradías asturianas, agradecen el apoyo de concellos como los de A Coruña y Cedeira. Y solicitan un mayor compromiso al resto de las administraciones “para evitar un lavado verde que nos trae grandes problemas a un Cantábrico que genera riqueza biológica y recursos económicos”.

Para comprobar en primera persona si habrá impacto del parque en el ecosistema, miembros de la plataforma visitaron el proyecto Windfloat ante Viana do Castelo (Portugal): “Se trata del primer parque eólico flotante en la Europa continental, los propios armadores portugueses nos hablan de la ausencia de especies en la zona que antes síque se pescaban... no hay pruebas de que se relacione un asunto con otro, pero nos preocupa”. Por este motivo, “pedimos que cualquier decisión contraste antes que no hay un impacto ni en el ecosistema ni en la actividad económica”.

“Esto no es el Báltico”

Indica Teixeira que ya hay una línea directa de comunicación entre el sector y el Ministerio, a través de la Secretaría de Estado de Medio Ambiente: “Queremos que se hagan las cosas bien, sabemos que un parque eólico no es compatible con la pesca, porque el Cantábrico no es el Mar del Norte ni el Báltico”. Pero las conversaciones también se han abierto con la propia sociedad promotora, según apuntan los pescadores: “El martes ya estuvimos con la promotora en el Observatorio de Eólica Mariña y hubo un diálogo franco, pero si es necesario ejerceremos medidas de presión para defender nuestro modo de vida”. De entrada, el Estado aún tiene que legislar la eólica marina ante la costa española. Teixeira realiza la siguiente comparación: “Es como si plantean un proyecto de placas solares en los olivares de Jaén”.

La empresa Parque Eólico Marino Nordés admite que ese diálogo ya está abierto “con el objetivo de asegurar la compatibilidad entre eólica y pesca al igual que en otros países europeos, las empresas tenemos la voluntad de dialogar con el sector pesquero que es prioritario”.