Más de veinte millones de españoles han recibido ya el tercer pinchazo de la vacuna contra el coronavirus. Una dosis de refuerzo que en algunas comunidades apenas si ha empezado a administrarse a la población más joven y a la que una minoría sigue resistiéndose. Según el último barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), del mes de enero, un 84,5% de quienes ya han recibido al menos una dosis asegura que está dispuesto a ponerse el refuerzo, pero hay un 9% que rechaza el nuevo pinchazo y un 4% que duda, tal y como recoge El Periódico de España.

Tras la negativa, múltiples factores: miedo, escepticismo, dudas sobre su protección o, simplemente, desconcierto ante la contradicción de algunos mensajes lanzados por las autoridades sanitarias. "A todo el que dude le digo que confíe en la ciencia, que nos ha demostrado que nos hace falta", asevera Isabel Jimeno, responsable del grupo de trabajo de Vacunas de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG).

Con datos de este miércoles del Ministerio de Sanidad, el número de personas que habían recibido al menos una dosis de la vacuna contra el coronavirus ascendía a 39.080.436 (92,6% de mayores de 12 años) y el de personas con pauta completa (dos dosis) era de 38.264.820 (90,7%). En cuanto a las que habían recibido el tercer pinchazo eran un total de 20.289.629. Por tramos de edad -la vacunación del refuerzo comenzó entre los más mayores y va en orden descendente- el porcentaje de vacunados entre mayores de 70 años es del 91,4%; entre mayores de 60, 90,3%; mayores de 50, un 82,5% y mayores de 40, un 72,3%.

Con semejantes cifras, se puede decir que la administración de la vacuna de refuerzo está siendo todo un éxito, asegura la doctora Jimeno. Por eso, insiste, a todos los pacientes que acuden a consulta y expresan alguna duda -la mayoría esgrime que ya se ha infectado- les insiste en su capacidad de protección. En el caso de los mayores, añade, no ha hecho falta, pero existe una franja, que sitúa entre los 20 y los 40, que se muestran más "críticos". Aún así, incide, si se les explica que efectivamente ponerse el refuerzo tiene beneficios, acaban cediendo. "Negacionistas puros, de los que de verdad no creen en la vacuna, hay muy pocos; otra cosa es quien plantea preguntas y eso es bueno", añade la médico.

"No me fío"

"No soy negacionista, pero no me fío. Tampoco es que tenga miedo a la vacuna -me puse las dos dosis anteriores y lo hice convencida- pero ahora prefiero esperar porque (las autoridades sanitarias) cambian de criterio continuamente y voy a ver qué pasa". Quien habla es Julia Martín (nombre figurado), gallega de 50 años que, por el momento, ha rechazado la invitación a administrarse ese tercer pinchazo.

Entre sus argumentos, alude a la reciente decisión de la Comisión de Salud Pública de modificar el criterio respecto a la tercera dosis en la población adulta que ha pasado el covid-19 ya sea de manera asintomática o con síntomas. Hasta ahora, la directriz era administrar la dosis a las cuatro semanas. Sin embargo, en la reunión de este martes, han decidido recomendar esa tercera dosis a los cinco meses tras el diagnóstico de la infección.

"Igual que cambiaron con esto, pueden decir, más adelante, que aparece una nueva variante del covid-19 y esta vacuna ya no protege, así que voy a esperar a ver qué va pasando porque, en teoría, con la segunda ya estoy suficientemente protegida para no acabar grave en un hospital y, sabiendo que con otra dosis te puedes contagiar igual, prefiero esperar", insiste la gallega Julia Martín. Por lo demás, añade, seguirá con el mismo cuidado de siempre, evitando concentraciones de mucha gente y usando la mascarilla mientras sea necesario.

Efectos secundarios

No es un caso aislado. Aunque se trata de un porcentaje minoritario, como ha demostrado el último barómetro del CIS, hay quienes defienden razones similares para no recibir esa tercera dosis. En otros casos, según diferentes testimonios recabados por El Periódico de España entre quienes rechazan el tercer pinchazo, hay quien apunta, por ejemplo, a la correlación entre las vacunas contra el coronavirus y los desórdenes menstruales.

Mujeres que, con la pauta completa, ahora no quieren una dosis más por miedo a que esos desarreglos sean mayores. En Galicia, un grupo de investigadoras del Hospital Clínico de Santiago de Compostela han iniciado un estudio para determinar qué alteraciones se producen y demostrar científicamente esa relación. Desde la SEMG, la doctora Jiménez muestra sus dudas: "Parece ser que no está tan claro", indica.

Están, también, quienes incluso habiendo recibido las dos dosis anteriores por miedo a acabar en el hospital -mensaje que sí ha calado- ahora se lo piensan porque consideran que, tras la explosión de casos que se está viviendo con la variante ómicron, una nueva dosis no va a salvar de la infección. Y quienes, sí, además de declararse negacionistas, creen que son las farmacéuticas las que presionan para poner nuevas dosis en el mercado para obtener mayores beneficios.

"Nadie sabe el futuro, ni sabemos qué variante va a haber. Estamos ante una pandemia mundial. Vamos viendo lo que sucede casi en directo, incluso los estudios que se están haciendo. Y aunque sí repiten ese argumento de la infección, hay que volver a explicar que gracias a esas dosis, también a la tercera y también para el resto de población, más allá de personas inmunodeprimidas o más expuestas, estamos saliendo de donde estuvimos en 2020, que fue muy duro".

La vacunación, por comunidades

Este diario ha lanzado la pregunta de qué percepción tienen de cómo está marchando la campaña de la tercera dosis entre comunidades donde, como en Andalucía, acaba de ponerse en marcha para los más jóvenes. "Es pronto para hacer una valoración, acabamos de empezar", indican desde la Consejería de Sanidad. "Aquí se está priorizando por edad, por lo que los jóvenes son los últimos en vacunarse. Hasta que no termine la administración, no podremos valorar", añaden desde la Comunidad Valenciana.

Entre los motivos que, en la encuesta del CIS, esgrimen quienes no se han vacunado -no de la tercera dosis, sino en general- siguen siendo los expuestos en anteriores encuestas: el 27,3% no se fía de estas vacunas; el 11% no cree que sean eficaces y hasta un 10% no lo hace por miedo a que tengan riesgos para la salud o efectos secundarios-colaterales.

Este mismo miércoles, la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) publicaba el informe de Farmacovigilancia número 12. Hasta el 9 de enero de 2022, se habían administrado en España 80.109.445 dosis de vacunas frente al coronavirus y se habían registrado 55.455 notificaciones de acontecimientos adversos. Los notificados con más frecuencia siguen siendo los trastornos generales (fiebre y dolor en la zona de vacunación), del sistema nervioso (cefalea y mareos) y del sistema musculoesquelético (mialgia y artralgia).

¿Cuánto dura la inmunidad?

Un reciente estudio del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) -organismo dependiente del Ministerio de Ciencia e Innovación-, presentaba los primeros resultados del estudio ENE-COVID-senior, que analiza la funcionalidad inmunitaria a largo plazo tras la vacunación en personas mayores. Según los primeros datos obtenidos, la tercera dosis de la vacuna sí potencia la respuesta inmunitaria frente al SARS-CoV-2 en ese grupo de edad.

El estudio, que inicialmente se diseñó para conocer cuánto dura la inmunidad inducida por las vacunas, se ha adaptado en los últimos meses para analizar si la respuesta inmunitaria se incrementa tras la administración de ese pinchazo y si la inmunidad asociada a esa dosis adicional es capaz de neutralizar a las nuevas variantes. El organismo ha visto que la tercera dosis es eficaz a la hora de levantar el número de anticuerpos y, además, esos anticuerpos tienen funcionalidad frente a la variante ómicron.