El 46% por ciento de las personas mayores que viven en el ámbito rural ayuda regularmente a familiares, vecinos o amistades, una tarea generosa a la que dedican una media de 26 horas semanales.

Son algunos de los datos del último Barómetro de Mayores que la Unión Democrática de Pensionistas y Jubilados de España (UDP) publica cada año con las opiniones de personas del colectivo con respecto estilos de vida, envejecimiento activo y saludable, evaluaciones de los servicios sociales o de la situación de la sociedad en general.

En el ámbito rural, tres de cada diez mayores realizan actividades no remuneradas, prestando apoyo solidario a otras personas o colectivos (30,3%), recoge el informe, realizado por Simple Lógica, que profundiza en la aportación de los mayores que viven en municipios con menos de 10.000 habitantes y que refleja la importancia de la aportación de los mayores en ese ámbito, incluso en el contexto hostil de la pandemia.

Entre las personas mayores encuestadas que afirman ayudar a su familia, vecinos o amistades en el ámbito rural, el apoyo económico a sus familiares (21,5%) e ir a casa de familiares a cuidarles (20,7%) son las formas de ayuda más frecuentes.

Así destaca que el 46% realiza regularmente esas ayudas a familiares, vecinos o amigos, un porcentaje muy superior al registrado en el conjunto de España (28,2%), lo que refleja una cohesión mayor de los vínculos en este ámbito.

Actividades asociativas más frecuentes

La recogida, distribución de alimentos y acompañamiento en domicilios o residencias son las actividades asociativas más frecuentes.

En cuanto a la regularidad de las actividades asociativas más habituales es mayor en el ámbito rural: la mitad de quienes afirman realizar actividades en una organización sin ánimo de lucro, lo hacen regularmente (51% frente al 35,7% en España), con una dedicación media de casi 5 horas semanales y el 38% afirman que lo han hecho de forma puntual (46,6% en España).

El principal colectivo beneficiario es la población general y las asociaciones a las que las personas mayores están vinculadas es de tipo religioso. La actividad solidaria más común en el ámbito de las asociaciones es la recogida y distribución de alimentos (el 37,3%), seguida de la compañía en domicilios o residencias (el 21,6% frente al 4,9% registrado en el ámbito nacional) y el apoyo a personas enfermas, con discapacidad y otros colectivos (13,9%, mientras que en España es un 31,2%).

A estas actividades le siguen ocio, deporte y tiempo libre (11%), protección civil (8,6%), actividades educativas y culturales (7,4%), el apoyo a centros sanitarios y especiales (5,9%), la promoción de la salud/vida sana (3,6%), la cooperación al desarrollo (3%), la ayuda en labores de protección o sensibilización medioambiental (1,7%) y otras actividades (12,6%).

Respecto al apoyo solidario a otras personas o colectivos: el 18,7 % ayudó a familiares, vecinos o amistades; el 6,1% lo hizo desde una asociación, y el 13,4% con alguna donación. Por su parte, siete de cada diez personas aseguran que no realizaron ninguna actividad. Con respecto al conjunto de España, la participación social en el ámbito rural es casi 10 puntos porcentuales inferior (el 30,3% frente a 40,6%). Consultadas por las motivaciones personales que les lleva a participar en una organización en el contexto rural, el 86% señalan que lo hacen para sentirse "útiles y poder ayudar a los demás".