Dos jóvenes de 18 y 20 años han denunciado un presunto caso de racismo a las puertas de una discoteca de Museros, donde, según explica uno de los afectados, les negaron la entrada por su color de piel. Los hechos ocurrieron este domingo; “fuimos a la discoteca sobre la 1 y nos pusimos en la cola para comprar la entrada. Cuando llegamos, el chico que estaba delante de nosotros le dio su DNI al de seguridad, que le dejó pasar porque tenía 18 años. Después me acerqué yo, que tengo la misma edad, y me dijeron que si no tenía 21 no podía entrar. A mi amigo que iba conmigo y tiene 20 le dijeron lo mismo. Nos cogieron del brazo y nos sacaron de la cola”. Según explica el afectado, “todo el mundo que llegaba podía entrar. Chicas que se veía que eran menores y tenían el DNI en una foto sacada con el móvil, y a algunas personas ni siquiera se lo miraban”, cuenta L. 

La discoteca niega todas las acusaciones y asegura que el día 31 de octubre especificaron en sus redes sociales que se limitaba la entrada a mayores de 21 años. Fuentes del local explican que “cualquier sábado se puede ver que entran personas de cualquier procedencia, sin distintivo”. Los afectados se han puesto a disposición de un abogado para presentar la denuncia.

Finalmente, los afectados se quedaron fuera a esperar el transporte público e irse a casa. Según cuentan, "cuando nos íbamos nos cruzamos por el camino con otra chica, también negra, que tenía 19 años, y nos contó que a ella tampoco la habían dejado entrar a la discoteca y que le habían dicho lo mismo que a nosotros", denuncia L.

Racismo cotidiano

Esa misma noche, ya en el metro, los afectados sufrieron otro presunto caso de racismo. "Me registraron porque sí. Nos subimos en el metro y el vagón estaba completamente lleno de gente, pero cuando paró de repente entraron 4 guardias y, de toda la gente que había, vinieron directamente hacia mi y me dijeron que me diera la vuelta. Les pregunté por qué e insistieron: 'date la vuelta'. Me empujaron e hicieron como que me registraban pero solo me pasaron las manos por encima. Ni siquiera buscaron nada. Fue humillante. Les dije que me estaban registrando por ser negro, y me contestaron 'pues sí'. A mi y a mi amigo". Según relata el afectado "me sentí tan humillado que ni siquiera me atreví a levantar la cabeza el resto del camino".

Pero este no es el único episodio de racismo que han tenido que sufrir el afectado y su amigo, relatan que la discriminación es bastante común. "Fui con mi amigo a comprar a una tienda de ropa y cuando salimos una chica le dijo al guardia que nos registrara porque habíamos cogido algo. Nos pusieron allí en medio y nos registraron insistiendo mucho; 'saca lo que llevas'. Yo les dije que no llevábamos nada, que mirara las cámaras, pero se negaron". Otro episodio de racismo le ocurrió en el tranvía de Burjassot. "Vino un trabajador de seguridad, me cogió sin preguntar y me sacó a la fuerza del vagón, y fuera me dijo que 'estaban buscando a uno como yo', y me volvieron a registrar porque sí, sin haber hecho absolutamente nada".

A estos episodios se le suman, como relata también la madre del afectado, identificaciones policiales en la calle sin ningún motivo. "Hemos denunciado por hartazgo, porque ya está bien. No es la primera vez que le pasa, vamos a identificación en la calle por mes, mi hijo no es un delincuente ni hace nada malo, es un chico normal de 18 años, que estudia y juega en el equipo de fútbol del barrio ¿Por qué le tienen que parar entonces?", lamenta. "Me pone muy nervioso pensar que por ser negro no eres igual que los demás, o que te tienen que tratar diferente", critica el afectado.

Desde Fiscalía de delitos de odio recordaron que prohibir la entrada a un recinto a una persona por su color de piel es un delito de odio especificado en el artículo 512 del Código Penal.