Un informe del Ministerio de Transición Ecológica sobre los impactos derivados del cambio climático en España dibuja un panorama de transformaciones para las próximas décadas. Los cambios empezarán a ser claramente perceptibles hacia 2050.

Bilbao será la ciudad de España que más daños económicos sufrirá a consecuencia de la subida del nivel del mar por el cambio climático. La capital vizcaína puede sufrir pérdidas anuales por valor de 38,8 millones de euros en el año 2050, mientras que la segunda será Ibiza (35,5 millones de euros al año).

La situación será aún peor a partir de ese año, pues se prevé que desde 2050 los efectos de la inundación se aceleren. Esta es la conclusión que figura en el informe Impactos y riesgos derivados del cambio climático en España?, que acaba de hacer público el Ministerio de Transición Ecológica.

¿Por qué sube el mar?

Pero, ¿por qué sube el mar? Fundamentalmente se debe a tres factores. De momento, el que tiene más relevancia es la llamada expansión o dilatación térmica del mar. Significa que, cuando está caliente, el agua tiene a ocupar mayor volumen. Los científicos afirman que la subida registrada hasta ahora se ha debido sobre todo a este factor. En segundo término, influye el derretimiento de los polos y los glaciares, con la liberación al mar de grandes cantidades de agua que antes eran hielo. Finalmente, la fusión de las grandes placas de hielo que cubren Groenlandia contribuyen también a elevar el nivel del mar. Y todo ello es debido al calentamiento de las temperaturas. El objetivo del Acuerdo de París es no rebasar de ningún modo un incremento de 2C para 2100, y si es posible evitar incluso los 1,5C de aumento.

La única duda que tienen los científicos es qué altura alcanzarán las aguas marinas para 2050 o 2100. Para ello emplean tres escenarios, en función de su gravedad. El más leve, el intermedio y el más grave (en función de si se frenan poco o mucho las emisiones).

El informe ahora hecho público señala que «en el escenario más favorable (el RCP2.6) el aumento del nivel del mar en 2100 puede alcanzar una media de 43 centímetros. En el escenario más desfavorable, RCP8.5, el aumento sería muy superior, de 84 centímetros». Esto, a nivel global, pero a escala regional se pueden producir variaciones. En el caso del Mediterráneo occidental, donde se encuentran las Pitiusas, las proyecciones señalan una subida de 20 centímetros en un escenario intermedio RCP4.5 para 2050 y de 51 centímetros para 2100. En el poco probable caso de que no se tomen medidas, la subida a final de siglo se dispararía hasta los 75 centímetros.

Eso significa, en resumen, que «cualquier zona deprimida cercana a la costa que esté a una cota de un metro es potencialmente susceptible de verse afectada», señala el investigador de la Universidad de las Islas Baleares (UIB) Lluís Gómez Pujol, uno de los autores de un informe específico sobre los efectos de este fenómeno en Balears. «Si no nos lo tomamos en serio, algunas casas y paseos marítimos de lugares costeros desaparecerán», advierte.

Efectos sobre el turismo

Es un fenómeno poco alentador. Y, sobre todo, para el turismo, puesto que puede ser uno de los grandes perjudicados, o al menos depende de en qué destinos.

El retraimiento de las playas por su erosión y subida del nivel del mar será uno de los factores más perjudiciales para destinos como las Pitiusas, según los expertos. Pero hay más motivos para la preocupación. «Es muy probable que las tres exigencias genéricas del turista (disfrute, confort y seguridad) se puedan ver alteradas en los escenarios climáticos que se predicen para el futuro», afirma el informe del Ministerio. Ya el Quinto Informe del IPCC señala que «las condiciones climáticas de las regiones mediterráneas para la práctica de actividades turísticas al aire libre se podrían deteriorar rápidamente a partir de 2050 en verano», debido al aumento de las olas de calor (temperaturas altas extremas) y de noches tropicales (igualmente calurosas). Algunos autores cuantifican la bajada de turistas por este motivo hacia los destinos del Mediterráneo español en un 20% para 2080 y otros cifran este descenso en un 14% para 2060, en ambos casos respecto a 2004.

El Ministerio advierte de que el exceso de calor desviará el turismo hacia destinos del interior y del norte de España, que verán suavizadas sus condiciones. A lugares como Ibiza les quedará el consuelo, afirma el informe, de alargar la temporada en los meses de primavera y otoño, que serán un nuevo verano. «Las condiciones climáticas de las regiones mediterráneas para el turismo al aire libre se podrían deteriorar principalmente a partir de 2050 en verano, pero a la vez podrían mejorar en primavera y otoño», añade.