"No lo vi venir. De repente, se me hizo todo negro. Me embistió y me lanzó por los aires unos tres metros. Noté un dolor terrible en la pierna, como si me hubieran pegado un martillazo. Y allí estaba, ante mí. Era un jabalí enorme".

Ocurrió el pasado viernes. Un jabalí atacó a un hombre de 77 años que estaba trabajando en su huerto de naranjos de la partida Bovetes de Dénia. "Tuve suerte de que el animal se marchara y no siguiera embistiéndome. Me subí el camal del pantalón y tenía toda la pierna ensangrentada", indicó ayer este vecino de Valencia que, junto a su esposa, de 73 años, acude varios días a la semana a su finca de Dénia a cuidar los naranjos.

TRASLADO AL HOSPITAL

El viernes, tras el ataque del jabalí, llegaron varias patrullas de la Policía Local y dos ambulancias. El hombre fue trasladado al hospital. Sufrió una grave herida en la pierna, una contusión muscular y un hematoma intramuscular. Lleva la pierna vendada de arriba a abajo y ayer regresó al hospital de Dénia a que le curaran y examinaran la lesión. "Nos da pánico pasear por la finca. En cualquier momento, nos pueden salir otra vez los jabalís", advirtió.

Además, el espeluznante ataque del viernes no es el primero en este huerto de Bovetes. En abril de 2019, la esposa también recibió la fiera acometida de uno de estos animales. Caminaba por el camino principal de la finca. El jabalí la embistió y la lanzó al fondo de un barranco. Se fracturó ocho costilla y la clavícula. Sufrió un neumotórax y un derrame pleural grave. Los sanitarios la inmovilizaron y la sacaron del barranco. Pasó varios días en cuidados intensivos y se temió por su vida. Todavía arrastra secuelas. Tiene obstruida la arteria subclavia y no le llega bien el riego sanguíneo al brazo izquierdo.

LAS HUELLAS DE LOS JABALÍS

Esta mujer acompañó ayer al periodista de Levante-EMV por las filas de los naranjos. Prácticamente en la base de cada árbol hay un agujero. Los jabalís dejan huella. Escarban y rompen el goteo y la red general de riego. Luego se revuelcan en las charcas. El matrimonio no sabe ya el dinero que lleva gastado en reparar el destrozo que causan estos animales. "Nosotros dos con nuestros hijos y tres hombres nos dedicamos durante un día entero a tapar los agujeros. Esa noche los jabalís volvieron a hacerlos y a morder las tuberías".

La mujer afirma que a su edad y a la de su marido quieren disfrutar de la finca, pasear e ir quitando las naranjas malas. "Pero lo que no podemos es exponernos a que nos maten los jabalís. Debe hacerse algo: batidas o lo que sea", indica, y subraya que no se puede dejar desprotegidos ante la fauna salvaje a quienes quieren mantener en producción y limpias sus parcelas agrícolas.

UN JABALÍ MUERTO

También recuerda que en marzo del 2018 ya encontraron en su huerto un gran jabalí muerto. Lo más probable es que un coche lo arrollara en la carretera del Camí de Gandia y que el animal fuera a morir a la finca.

Este matrimonio asegura que la manada que los ataca se esconde en un barranco que está totalmente cubierto por zarzas. Incide, además, en que esa madriguera y el punto de la embestida del viernes están junto a la vía verde de Dénia, un corredor natural por el que cada día pasan decenas de personas caminando, corriendo y en bicicleta.