La campaña arqueológica que se está realizando en el yacimiento del Roc de les Orenetes en Queralbs (Ripollès) ha permitido recuperar más de un millar de restos de hace unos 3.000 años, de la edad de Bronce. Entre ellos, destacan los fragmentos de una docena de niños, como mandíbulas con dientes de leche que presentan un estado "excepcional".

Carles Tornero, investigador del Instituto Catalán de Paleoecologia Humana y Evolución Social (IPHES) y codirector de los trabajos, explica que el espacio excavado es una "gran alfombra de huesos" mezclados que, uno a uno, se están recuperando para conocer más detalles de esta necrópolis prehistórica. La necrópolis fue descubierta hace 40 años, está situada a 2.000 metros de altura y es de difícil acceso. Hasta el año pasado, en que se reabrió, la entrada estuvo tapada.

La concentración de restos de niños ha sorprendido a los investigadores. Se trata de una docena de niños identificados por fragmentos muy bien conservados como por ejemplo dos mandíbulas con dientes de leche. Una de ellas incluso tiene un diente permanente en la parte interna. "Incluso los restos más frágiles se han conservado intactos y están todos los elementos del cuerpo; eso indica que los cuerpos llegaban enteros a la cavidad", explica Tornero.

Anteriormente los arqueólogos ya habían localizado huesos de todas las edades, desde recién nacidos a ancianos. La recuperación de todos estos resto es, sin embargo, lenta y laboriosa porque se encuentran totalmente mezcladas. Según detalla Tornero, "antes de depositar a un nuevo individuo, hacían espacio apartando los restos anteriores".

El análisis de todos estos huesos aportará información muy valiosa sobre patologías, condiciones de vida y causas de la muerte de los habitantes de hace 3.000 años. También sobre ritos funerarios, ya que se han encontrado fragmentos de cerámica, restos de colgantes y puntas de flecha.

LOS ÚLTIMOS CAZADORES DE LA HISTORIA

La excavación en el Roc de les Orenetes se ha hecho en paralelo a la de la Bauma dels Fadrins, un yacimiento mucho más antiguo (de hace 9.000 años) y de gran relevancia histórica. Allí vivieron los últimos cazadores y recolectores de la prehistoria de Cataluña, una etapa todavía muy desconocida.

El yacimiento se descubrió el año pasado con un primer sondeo que sacó a la luz restos vegetales y animales así como cuarzo tallado que datan del 6.700 a.C. Este año se han encontrado estructuras de almacenaje y restos de animales y de herramientas (manos de mortero y prensadores). Quedan más de 50m2 por explorar en futuras campañas.

La gran incógnita de la Bauma dels Fadrins es saber si esconde restos de ocupaciones más antiguas en niveles más profundos. Actualmente no hay constancia de ocupaciones anteriores a los 7.000 anys a.C por lo que, si futuros trabajos lo confirmasen, sería un hallazgo de gran relevancia.