Incluso si el mundo parara hoy mismo, la crisis climática seguiría ahí. Cada vez son más los estudios que inciden en que curar las heridas ambientales demorará tiempo. Un análisis publicado recientemente en la revista 'Nature' sugiere que harán falta décadas de reducción de emisiones antes de apreciar cómo se frena el aumento global de las temperaturas. Si empezamos ahora, los resultados se empezarán a ver hacia el 2040. Otro estudio, publicado este mismo jueves en 'Science', estima que incluso si se aplicaran medidas contundentes para acabar con los residuos plásticos, para 2040 habría 710 millones de toneladas más. El degrado medioambiental, pues, no se solucionará de un día para otro.

"Estos estudios reafirman algo que los expertos llevan mucho tiempo advirtiendo. Las políticas para frenar la crisis climática no tienen un efecto inmediato. Por eso mismo necesitamos aplicar medidas sostenidas a medio y largo plazo. Y hacerlo desde ya", reflexiona Olga Alcaraz, coordinadora del grupo de trabajo sobre Gobernabilidad del Cambio Climático de la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC). El clima, explica la investigadora, sigue una cierta inercia. Como una taza de café que remueves con una cuchara y que, aunque en un determinado momento dejes de agitar, el líquido seguirá girando durante un rato antes de estabilizarse.

La pandemia de covid-19 y el confinamiento han provocado un descenso del 17% de las emisiones a nivel global en tan solo unos meses; una cifra hasta ahora inimaginable. Pero ni este hecho insólito equilibra la balanza. Porque con la 'nueva normalidad' la dinámica vuelve a ser la de antes. Se estima que hacia finales de año, las emisiones habrán bajado de media entre un 4 y un 7%. Esto supondría que, por primera vez en la historia, se entraría dentro de las reducciones pactadas en el Acuerdo de París, que establece un 7% menos cada año. ¿Pero y qué pasaría de cara al año que viene? "No ha habido ningún cambio estructural que garantice que la reducción de emisiones se mantenga", explica Alcaraz.

Pronóstico para el 2040

El fin de la emergencia climática, pues, no parece estar cerca. Por eso mismo, los expertos llaman a "gestionar las expectativas" sobre el futuro de esta crisis medioambiental. Y, aunque los efectos no sean instantáneos, destacan la necesidad de actuar de inmediato.

Si ahora mismo se implementasen políticas contundentes (y continuadas) para mitigar la emisión de diferentes gases que contribuyen al efecto invernadero, los resultados empezarían a detectarse a partir del año 2040; estima el estudio publicado en 'Nature'. De no hacerse, las temperaturas continuarán aumentando hasta alcanzar el temido horizonte del incremento de más de dos grados de media, donde se produciría "una serie de desastres en cascada", que van desde el deshielo a un dramático aumento del nivel del mar, vaticinan los expertos.

Si las políticas para reducir el consumo de plástico se aplicaran desde ya, en 2040 el planeta tendrá que lidiar 'solo' con 460 millones de toneladas de plástico en la tierra y 250 más en el mar. De no hacerse, se estima que se arrojarán hasta 1.300 millones de toneladas de residuos al medio. El recién publicado estudio de 'Science' estima que cada año se vierten cerca de 30 millones de toneladas de plásticos en la tierra, 11 millones más en los mares y 50 millones acaban en el aire tras ser quemadas. La gran mayoría, hasta el 95%, son plásticos de un solo uso. De ahí que los investigadores pidan que, además de la conciencia ciudadana, los gobiernos y la industria se comprometan para atajar este problema y reducir hasta un 80% la producción actual.