La respuesta con medidas sucesivas de contención al aumento de contagios por coronavirus han comenzado a dibujar en España un mapa retroactivo de la epidemia que en alguna medida recuerda al de la desescalada, con sus fases y sus restricciones, pero con un sentimiento bien distinto entre la población, el que va de la esperanza a la inquietud.

La situación más complicada se vive en Cataluña, con el confinamiento perimetral y la restricción de movimientos en la comarca leridana del Segrià para tratar de atajar un brote descontrolado, vinculado a los temporeros de la fruta, que ha derivado en transmisión comunitaria, como la que las autoridades catalanas han detectado en tres populosos barrios fronterizos con Barcelona de L’Hospitalet de Llobregat, que ha obligado a la Generalitat a recomendar a sus habitantes que no salgan de sus casas en dos semanas, salvo para tareas imprescindibles.

[Sigue aquí en directo las últimas noticias sobre el coronavirus en Córdoba]

Estas situaciones se corresponderían en el mapa con la fase 1 de la desescalada, ahora sin franjas horarias. A la fase 2, con reducciones de aforos y reuniones, ha hecho retroceder el Gobierno de Aragón a Zaragoza y Huesca, que se unen de este modo a las cuatro comarcas orientales de la región limítrofes con Lleida, descendidas a ese peldaño hace más de tres semanas.

Para Antoni Trilla, epidemiólogo «estamos lejos de frenar la velocidad de crecimiento» del virus

Las dos comunidades y otras con focos bajo control han optado, en la cuarta semana tras el fin del estado de alarma, en hacer obligatorio el uso permanente en el exterior de las mascarillas, con una vuelta de tuerca más por parte de Andalucía, que ha hecho extensivo este uso hasta en playas y piscinas.

Ayer se encontraban activos 123 brotes -el 45% originados en reuniones familiares- y el que más sigue preocupando es el de la región del Segriá; no obstante, el ministro de Sanidad, Salvador Illa, dijo que la mayoría están en «situación de control y el resto estarán controlados en breve».

A consecuencia de la situación en Lleida, la Generalitat aprobó un decreto por el que permite a la autoridad sanitaria imponer restricciones a la actividad o al desplazamiento de personas en casos de pandemia tras el veto judicial a su orden de confinamiento.

Para el ministro de Sanidad, ese decreto ley aprobado por la Generalitat para imponer restricciones a la actividad o al desplazamiento de personas, que no suponen confinamiento «estrictamente domiciliario» de la población, no invade competencias estatales.

Para el ministro de Sanidad, el decreto ley de la Generalitat no invade competencias estatales

Expertos como el jefe de Epidemiología del Hospital Clínic de Barcelona, Antoni Trilla, sostienen que en Cataluña «estamos lejos de la preparación necesaria» para «frenar la velocidad de crecimiento» de la difusión del virus. Más allá han ido la epidemióloga del Hospital Clínico Anna Villena y el investigador del grupo Biocom de la Universidad Politécnica de Cataluña Enric Álvarez al alertar de que la demora en aplicar el confinamiento en la comarca leridana del Segrià provocará un aumento de casos.

El ayuntamiento de Esplugues Llobregat anunció medidas preventivas, como el cierre de las pistas deportivas al aire libre ante los brotes en localidades como L’Hospitalet de Llobregat, municipio colindante donde el número de casos se disparó con más de 300 casos activos. Por ello, el departamento de Salud de la Generalitat terminó recomendando «firmemente» a los vecinos de los barrios de La Torrassa, Collblanc y La Florida de L’Hospitalet salir únicamente en los casos imprescindibles e inaplazables, como trabajar o hacer la compra.