Naciones Unidas advirtió este miércoles del peligro de una eventual "fuga masiva" de crudo del petrolero yemení SAFER, cargado con 1,14 millones de barriles y abandonado desde 2015 a 7 kilómetros de la costa de Yemen, que podría causar una catástrofe ambiental y humanitaria.

"En caso de que esta situación se saliera de control, afectaría directamente a millones de personas en un país que ya sufre la mayor emergencia humanitaria del mundo, destruiría ecosistemas enteros durante décadas y se extendería más allá de las fronteras" de Yemen, dijo la directora del Programa de Medioambiente de Naciones Unidas, Inger Andersen, en una reunión del Consejo de Seguridad de la ONU convocada por el Reino Unido para discutir la situación de la embarcación. La semana pasada, los rebeldes hutíes del Yemen dieron luz verde a la ONU para que inspeccione el barco, que el pasado 27 de mayo sufrió una "filtración descontrolada de agua de mar" en la sala de máquinas que fue contenida tras cinco días de trabajo y que hizo sonar las alarmas sobre una posible catástrofe.

Andersen, que dijo que todavía hay tiempo de prevenir "una catástrofe" si se actúa "con rapidez", destacó que el barco, construido en Japón en 1976, no ha tenido mantenimiento desde 2015 y "sus condiciones se deterioran diariamente, lo que aumenta la posibilidad de una fuga de petróleo". "Si esto ocurre, causará una catástrofe medioambiental impactando los ecosistemas y la vida de hasta 28 millones de personas que viven de esos ecosistemas", agregó Andersen ante el Consejo de Seguridad, que mantuvo una reunión telemática. Asimismo, advirtió que aunque las medidas para contener un eventual escape comenzaran ahora, el ecosistema y las economías que viven de él necesitarían años para recuperarse. Además, señaló que, ante una eventual catástrofe, ni el Gobierno yemení ni los Gobiernos de los países vecinos "tienen la capacidad de gestionar y mitigar completamente las consecuencias de un derrame de petróleo tan masivo y la catástrofe ambiental resultante". A la espera de la visita técnica de la ONU para evaluar la situación, Andersen aseguró que dada la antigüedad del tanque petrolero posiblemente la opción más segura sea vaciar y retirar la embarcación o remolcarla a un lugar más seguro para sacar posteriormente el crudo de su interior.

Por su parte, el director de la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), Mark Lowcock, se congratuló por los permisos obtenidos del Gobierno yemení y más recientemente de los rebeldes para inspeccionar el barco, pero advirtió de que no era la primera vez que los rebeldes hutíes cancelaban una visión técnica después de haberla autorizado. Lowcock explicó que "afortunadamente, la filtración en la sala de máquinas era relativamente pequeña y buzos de la empresa Safra fueron capaces de contenerlo" tras pasar 28 horas bajo el agua, repartidas en cinco días de trabajo. "Pero la solución que aplicaron es solo temporal, y es imposible decir cuánto tiempo puede durar. Puede que el mundo tenga un poco más de tiempo para resolver el problema más grande, o puede que no tanto", agregó el responsable de la OCHA. El director de la OCHA agregó que sin "prejuicio del resultado de la evaluación", expertos de la industria consultados por la agencia han asegurado que es probable que la embarcación requiera reparaciones adicionales. Sin embargo, Lowcock cree que debido a que se desconoce qué tipo de reparaciones serán necesarias, los expertos consideran, al igual que mencionó Andersen, que "extraer el petróleo sea probablemente la única forma de eliminar definitivamente la amenaza de un derrame en un barco cisterna de 44 años".