La «única preocupación» que tuvo V., una trabajadora de la fábrica de camiones de Iveco, cuando varios vídeos sexuales suyos empezaron a difundirse entre sus compañeros era conseguir un cambio de turno en la empresa para poder cuidar de sus hijos. Lo logró el 24 de mayo de 2019, pero un día después se suicidó. Así lo sostiene la Inspección de Trabajo en una resolución a la que ha tenido acceso este diario que archiva la denuncia interpuesta contra la empresa por el sindicato CCOO por no proteger a su empleada y no activar el protocolo contra el acoso.

La resolución de la Inspección de Trabajo y Seguridad Social, de nueve páginas, cierra el caso y subraya que «el problema de la trabajadora no se encontraba tanto en el entorno laboral, sino en el personal». Asegura que a la mujer «no le afecta la visualización del vídeo por sus compañeros en cuanto al contenido del mismo», sino que le preocupaba que esas imágenes llegaran a «su entorno familiar y más concretamente a su marido».

Es el segundo cierre del caso Iveco, originado por el suicidio de la trabajadora después de que durante varias semanas fueran difundidos vídeos eróticos suyos entre sus compañeros de trabajo (hasta doscientos empleados pudieron verlos, según las investigaciones policiales). El juzgado número 5 de Alcalá de Henares decidió sobreseer la investigación penal por falta de autor conocido y porque la mujer no había planteado denuncia ante la policía ni el juzgado, tal y como adelantó este diario.

Una semana después de la muerte de la trabajadora, el sindicato CCOO denunció a la empresa ante la Inspección de Trabajo por no activar el protocolo de acoso para proteger a la empleada. Dos días antes de suicidarse, el 23 de mayo de 2019, la mujer se reunió con la dirección de Recursos Humanos. La denuncia recogía que ella había contado a los responsables de la compañía que estaba pasándolo muy mal, mencionaba «la situación de acoso y la vergüenza» que estaba sufriendo y trasladaba el estado de «desesperación» en que se encontraba. «Ella le decía al gerente sin dejar de llorar: parad esto, parad esto», recordaban fuentes que estuvieron presentes en la reunión. La empresa la animó a denunciar el asunto a la policía, oferta que ella rechazó.

La inspectora laboral encargada de la investigación resuelve ahora que la empresa no fue responsable de nada de lo ocurrido. «La difusión del vídeo se hace a través de los teléfonos privados de los propios trabajadores de la empresa», no de teléfonos corporativos, afirma. Además, argumenta que los empleados de Iveco tienen prohibido usar los móviles salvo en casos urgentes.