Las videollamadas eran usadas hasta hace poco por quien tenía amigos en el extranjero, hacía sexo telefónico o empresas que querían ahorrar en viajes, pero desde que el covid-19 ha confinado a todo el mundo en casa, quien más o quien menos ya se maneja con el vídeo y el audio de su teléfono y ha aprendido a enfocarse la cara para hablar con la familia, hacer el vermut, ir a clase o participar en una sesión de yoga. Hay decenas de programas que permiten salvar virtualmente las reuniones de grupo que todavía siguen vetadas en las calles. La duda es si este boom está aquí para quedarse o será una moda pasajera vinculada a un negro recuerdo.

Zoom ha sido la aplicación que más ha crecido, pero también Google Hangouts, Skype, Whatsapp vídeo o Facetime. Y su auge viene de los grupos, no de las conversaciones cara a cara, gracias al teletrabajo, las clases a distancia y las reuniones de amigos o familias. Los programas que más han crecido están orientados a usuarios particulares y vinculados al teléfono móvil y no a ordenadores. Google Hangouts, gracias a los

móviles con Android; Facetime porque es la app de llamadas por defecto del iPhone; Whatsapp porque se ha convertido en el nuevo estándar de comunicaciones (más del 95% de usuarios de móvil en España lo usan) y Skype, que arrastra la ventaja de ser la más veterana.

En el mundo empresarial, Zoom ha conseguido ganar terreno

a Cisco Webex, RingCentral y Skype. Y eso que Cisco, que hizo gratuita la herramienta también para particulares desde el inicio de la pandemia, ante el avance de los rivales, afirma que ha duplicado su tráfico durante la primera quincena de marzo.