El Ayuntamiento de Madrid va a limitar de forma gradual la incineración de difuntos en sus dos crematorios (el del cementerio de la Almudena y el crematorio Sur) debido a la saturación de las instalaciones por la pandemia del coronavirus, que ha provocado que la incineración se retrase entre dos y tres días.

La funeraria municipal, Servicios Funerarios de Madrid (SFM), limitará las cremaciones tanto efectuadas por esta empresa como las que se llevan a cabo a petición de otras compañías mortuarias, según han adelantado a Efe fuentes del Gobierno municipal de José Luis Martínez-Almeida.

Para ello, se informará "más aún a las familias de la posibilidad de inhumar", siempre dándole todas las opciones de las que disponen, pues el colapso no se está dando en el caso de los entierros, que se siguen "atendiendo casi al día, sin demora alguna", según señalan a Efe las mismas fuentes.

El objetivo es "no colapsar las instalaciones y no demorar aún más los actuales plazos de incineración que se están manejando", que también repercute en la demora de la entrega de las cenizas a los familiares.

100 SERVICIOS AL DÍA

Los 500 trabajadores de la funeraria municipal soportan el doble de trabajo que en un periodo al uso. En las últimas dos semanas han prestado más de 1.400 servicios, entre incineraciones, inhumaciones, traslados y tránsitos.

Unos 100 servicios al día, mientras que "la media diaria de servicios en una quincena de años anteriores es de poco más de 50".

Desde hoy la funeraria municipal no recogerá los restos mortales de los fallecidos por coronavirus, debido a que no cuenta con suficientes equipos de protección individual (guantes, batas o mascarillas) para garantizar la seguridad de sus trabajadores, unos materiales que el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, ha reclamado reiteradamente al Gobierno de Pedro Sánchez.

Además, el Palacio de Hielo de la ciudad de Madrid, una pista de 1.800 metros cuadrados, ha sido convertida desde este lunes en una morgue, ante la de la falta de instalaciones que permitan el depósito de los fallecidos por el retraso en su traslado a cementerios y crematorios.