Si la situación ya era dramática en algunas uci el viernes, donde se comenzó a seleccionar a los pacientes, ante la imposibilidad de atender a todos, ayer se agravó en las autonomías más golpeadas por el coronavirus. El número de enfermos en unidades de críticos se incrementó un 41%, hasta los 1.612 pacientes, según los datos difundidos a las 12.00 horas. Además, el número de muertos creció a nivel global un 32%, hasta los 1.326, con 324 fallecidos en solo un día, lo que no hace sino más que agravar un problema que ya era de grandes dimensiones.

Son las cifras que permiten palpar mejor la gravedad de la pandemia en España, puesto que el número de contagiados no recoge a los pacientes leves no diagnosticados con test. Pese a ello, el cómputo oficial de afectados se amplió casi un 25%, experimentando el aumento bruto más grande hasta la fecha: 4.946 personas.

Esto implica que España se convierte en el tercer país del mundo con más afectados, superando a Irán, con más de 20.600 infectados y sólo por detrás de China, con más de 81.300, e Italia, con más de 53.000. Ante este preocupante podio y frente a las críticas que buena parte de la ciudadanía y un sector de la comunidad científica están vertiendo contra el Gobierno por haber actuado tarde y mal, sin decretar una prohibición completa de los movimientos, el Ejecutivo anunció la constitución de un comité científico técnico covid-19 que comenzó ayer mismo su andadura aunque con alguna duda.

AUSENCIA DE SIMÓN / El nuevo órgano, que está conformado por seis expertos de prestigio internacional, se reunió con Pedro Sánchez y Salvador Illa por videoconferencia, si bien el Gobierno no anunció con qué periodicidad se reunirá ni qué influencia en las decisiones tendrá, más allá de explicar que ya ha habido «contactos preliminares» con los científicos que lo forman y que se podrán sumar más especialistas en el futuro.

En este escenario, Fernando Simón, que también es en parte censurado al haberse convertido en la cara visible de la estrategia sanitaria contra la epidemia, no ofreció ayer los datos de la evolución de la enfermedad, sino María José Sierra, jefa de área del organismo que él dirige.

El motivo es que el médico tiene síntomas de padecer coronavirus, por lo que se le ha realizado la prueba, que ha resultado negativa. Su compañera explicó que pese a las consultas con diversos especialistas, el Ejecutivo aún no sabe cuándo se alcanzará el pico de nuevos casos y, por primera vez en las últimas horas, una portavoz del comité de gestión de la epidemia admitió que si faltan más medidas de restricción «se incluirán», aunque de momento las acciones de prohibición de movimientos adoptadas se consideran «suficientes».

Asimismo, Serra dio datos preocupantes como que el 53% de los pacientes diagnosticados están hospitalizados, de ellos, el 12% en la uci. La mitad de los enfermos en tratamiento hospitalario son mayores de 70 años y el 70% en las uci tiene más de 60 años. Por todo ello, la letalidad se sitúa en el 5%, lo que puede «parecer alto», según la experta, pero no es real puesto que hay muchos infectados en tratamiento domiciliario que no figuran en la estadística.

Serra insistió en que para entender esta cifra hay que tener en cuenta que en estos momentos las pruebas diagnósticas fundamentalmente están centradas en personas hospitalizadas.

Y es que esa es otra de las problemáticas que se está encontrando el país, conocer exactamente hasta dónde está extendida la pandemia, puesto que la mayoría de las comunidades no hacen las pruebas a pacientes con síntomas leves.

A este respecto, el Gobierno aclaró que los test rápidos necesarios para saber si están o no contagiados comenzaron a distribuirse.