Una de las medidas para prevenir el coronavirus en la que más insisten las autoridades sanitarias de todos el mundo es lavarse bien las manos. Pero ¿por qué es esta acción tan importante? Más allá de la lógica y el sentido común de la higiene, hay una explicación científica que tiene que ver con el hábitat que necesita el coronavirus.

La explicación, resumida, es que uno de los elementos que forma el coronavirus es una membrana de grasa que lo protege y que le permite sobrevivir y propagarse. Esa membrana de grasa tiene un enemigo mortal: el jabón. El jabón deshace toda la estructura de esa capa de grasa e impide que el virus pueda sobrevivir.

Este es el somero resumen de la pedagógica explicación que Paul Thordason, profesor de la Escuela de Química de la Universidad de Nueva Gales del Sur (Australia), ha hecho en un hilo que se ha viralizado rápidamente en Twitter.

En España, el periodista y físico Alberto Sicilia (@pmarsupia) lo ha relatado en un hilo en castellano.

Vamos por partes. El coronavirus está formado por tres elementos básicos: el ARN o material genético, proteínas que le permiten introducirse en las células humanas y lípidos, que forman una membrana de grasa, una especie de "abrigo alrededor del virus", explica muy gráficamente Thordason, que actúa "como protección y para ayudarle a su propagación e invasión celular".

Las manos, autopista del virus

Las manos, autopista del virus La piel es la superficie ideal para un virus. Y es aquí donde resulta clave el jabón. Las moléculas de jabón se pegan a la envoltura de grasa y destruyen toda la estructura que favorece la propagación.

Y ¿por qué las manos? Porque las manos son la vía de entrada del virus al cuerpo humano. El coronavirus puede permanecer activo durante unas horas fuera del cuerpo en función de la superficie. A diario, cada minuto, cada segundo, tocamos todo tipo de superficies donde puede estar el virus. Si tenemos el virus en las manos todavía no estamos infectados, porque el virus está fuera del cuerpo. Pero con las manos solemos tocarnos la boca, la nariz, los ojos (se calcula que nos tocamos la cara una vez cada 2-5 minutos), y por ahí sí que puede colarse el virus. También a través de los saludos con las manos podemos transmitir el virus.

El agua sola, advierte Thordason en su hilo, no es suficiente para "desenganchar" el virus de la piel. Es necesario el jabón, que contiene unas moléculas que compiten con lípidos del virus, adheriéndose a toda la capa de grasa del virus y acabando con ella. Así que, a lavarse bien y repetidamente las manos.