El coronavirus continúa haciendo estragos en China, que vio hoy sobrepasar la barrera de los 2.000 fallecidos por el brote, mientras sus habitantes siguen en vilo pero aferrados al optimismo tras conocerse que los nuevos contagios continúan una tendencia a la baja fuera del foco de la epidemia.

Según el último parte oficial de las autoridades sanitarias del país asiático, la cifra de muertos es de 2.004 personas -136 más que ayer-, la de contagiados, 74.185, y la de casos graves, 11.977.

No obstante, el número de pacientes que han superado el coronavirus, bautizado como SARS-CoV-2, sobrepasó ayer el de nuevos contagiados por primera vez: 1.824 recuperados en las últimas 24 horas por 1.749 infectados, de acuerdo con las estadísticas oficiales.

Además, el número de nuevos casos confirmados fuera de la provincia de Hubei, el epicentro del brote, acumula ya 15 días consecutivos a la baja: ayer registró 56 casos, muy por debajo de los 890 detectados el 3 de febrero.

Y en total son ya 14.376 las personas que han superado la enfermedad, que, según informó la Comisión Nacional de Sanidad, se expande más fácilmente si la gente permanece en entornos relativamente cerrados durante prolongados periodos.

Aunque el virus se transmite principalmente por medio de gotitas respiratorias, lo que requiere un estrecho contacto físico, también están siendo comunes los contagios por la exposición a estornudos u otras secreciones corporales, especialmente en espacios cerrados.

Los casos de covid-19, la enfermedad causada por el virus respiratorio, se siguen concentrando en Hubei, en el centro-este del país, donde ayer miércoles se informó de 1.693 casos nuevos y 132 muertes más.

Entretanto, el país trata de volver a la normalidad a cuentagotas ante la preocupación no sólo por los contagios sino también por las consecuencias económicas que pueda tener esta crisis.

En respuesta, el Ejecutivo chino anunció que adoptará un «enfoque múltiple» para facilitar la operación de las empresas y el empleo, con medidas específicas como reducir o eximir aportaciones de los empleadores a la seguridad social en un esfuerzo por apuntalar el crecimiento.

Mientras, las autoridades del país asiático minimizaron ayer la decisión del Gobierno ruso de suspender la entrada al país de ciudadanos chinos a partir del 20 de febrero para impedir la propagación del coronavirus. Según la directiva, los ciudadanos chinos no podrán entrar en Rusia ni con fines laborales, ni particulares, ni turísticos, ni científicos, debido al «empeoramiento de la situación epidemiológica en China y la continua entrada de ciudadanos chinos en territorio ruso».