El yacimiento arqueológico de Shum Laka, en Camerún, ha resguardado durante miles de años el genoma más antiguo del África occidental. Así lo desvela un nuevo estudio en el que, por primera vez, se presenta un análisis completo de ADN de cuatro jóvenes que fallecieron hace 3.000 y 8.000 años y que allí fueron enterrados. La investigación arroja nuevas pistas sobre las poblaciones que por aquel entonces convergieron en el territorio y, según argumentan los expertos, iluminan un poco más el pasado de nuestra especie.

La investigación demostraría que hace unos 200.000 y 300.000 años existieron al menos cuatro linajes importantes en la historia de la humanidad. Este dato, a su vez, vendría a respaldar la teoría de que los orígenes de nuestra especie en África podrían haber involucrado poblaciones profundamente divergentes y geográficamente separadas. De ahí que, para reconstruir esta genealogía sea necesario acudir al continente considerado como la cuna de nuestra especie y que a día de hoy sigue albergando la mayor diversidad genética del planeta.

ORIGEN DEL BANTÚ

En análisis, publicado este mismo miércoles en la revista Nature, también proporciona una nueva mirada sobre uno de los sitios arqueológicos más antiguos que se conocen en el lugar en el que supuestamente se originó el bantú, el idioma que a día de hoy sigue siendo el más extendido y diverso de todo el continente. El perfil genético obtenido en el yacimiento, de hecho, sugiere que el ADN de los allí enterrados es más similar al de los cazadores-recolectores del África central que al de las actuales poblaciones que habitan en Camerún. "Esto sugiere que los actuales hablantes de bantú no descienden de la población a la que pertenecieron los niños de Shum Laka", comenta Mark Lipson, uno de los investigadores responsables de este nuevo estudio. "Esto subraya la antigua diversidad genética de la región", añade el científico.

El genoma antiguo, además, también ha permitido identificar un conjunto de poblaciones fantasma previamente desconocidas que contribuyeron con pequeñas porciones de ADN a los grupos africanos actuales. "El análisis genómico de poblaciones antiguas y actuales africanas desmiente las conclusiones de trabajos previos basados únicamente en el análisis del ADN mitocondrial y demuestra que el origen de nuestra especie fue un fenómeno mucho más complejo de lo que pensábamos", comenta Carles Lalueza-Fox, investigador del Instituto de Biología Evolutiva (IBE) y uno de los expertos responsables del recién publicado estudio.