Las medidas del Gobierno de Brasil para frenar los incendios en la Amazonía continúan con la prohibición del uso de fuego para preparar las tierras para la siembra, una decisión que se extenderá por un período de dos meses en el también conocido como pulmón del mundo. Aunque la quema de los terrenos en la Amazonía está permitida bajo determinadas normas y es una práctica común en la agricultura, usada hasta por los indígenas, la medida busca evitar que provoquen nuevos focos de incendio sin control, en momentos en que las autoridades empiezan a controlar las llamas declaradas desde hace unas tres semanas.

De acuerdo con el último informe oficial, con la llegada de refuerzos militares a las zonas más afectadas por los incendios, se ha registrado una reducción «considerable» de las llamas en la Amazonía. Aunque no se presentaron datos concretos sobre toda la región, los análisis realizados por el Centro Operativo y de Gestión del Sistema de Protección del Amazonas, indicaron que los brotes de incendios más fuertes se dieron entre el 25 y el 26 de agosto en los estados de Rondonia, Amapá, Pará y Maranhao.

Ya para el 26 y el 27 de agosto la situación cambió, especialmente en el estado de Rondonia, una de las regiones más afectadas por las llamas y donde los datos preliminares señalaron que los incendios habrían descendido de 400 a 24.