"Impresiona mucho mirar la momia y pensar que un día fue el famoso Tutankamón. Impresiona lo bien conservado que está; se aprecian muy bien los rasgos, a pesar de la piel ennegrecida, y tiene todos los dientes". Pilar Tavira había soñado desde niña con visitar Egipto, entrar en los templos y tumbas de los faraones, navegar por el Nilo y regatear en los bazares de El Cairo, pero nunca hubiese imaginado poder estar cara a cara con el mismísimo Tutankamón.

El cuatro de noviembre, la momia del faraón fue expuesta al público fuera de su sarcófago por primera vez en la historia, en el Valle de los Reyes.

Pilar Tavira, una administrativa cordobesa de 30 años y su marido, el abogado Miguel Ángel Fierres, de 36, estuvieron en el primer grupo de turistas que accedieron a la tumba. A la salida, una periodista de la agencia Efe recogió sus impresiones en una crónica, y sus nombres aparecieron en periódicos de todo el mundo. "Cuando llegamos a casa escribí mi nombre en internet y vi como nuestras impresiones estaban en cientos de noticias", comenta Pilar.

Y es que puede que Tutankamón no sea el faraón más importante de la historia de Egipto, pero sí el más mediático y popular, desde que su tumba fuese hallada en 1922 por el británico Howard Carter. Aquel fue uno de los hallazgos arqueológicos con más publicidad de la historia de la egiptología. Sin olvidar las historias fantásticas y leyendas surgidas tras la muerte en extrañas circunstancias de varios exploradores que participaron en el descubrimiento. ¿Quién no ha oído hablar de la maldición de Tutankamón?

El día en que la momia se mostró al público varias televisiones, como la National Geographic y Discovery Channel, lo transmitieron en directo. No en vano, hasta entonces, sólo unas 50 personas habían podido verla, incluido su descubridor.

"Vimos la noticia en el canal internacional de TVE justo el día antes de la excursión prevista al Valle de los Reyes, y decidimos que no nos lo ibamos a perder", explica la pareja. Pilar aún conserva las entradas a la tumba como recuerdo.

El encuentro con el faraón más famoso de todos los tiempos es una anécdota memorable, pero para la pareja cordobesa todo el viaje mereció la pena. "Los atardeceres en el Nilo son algo de lo más bonito que hemos visto nunca". Los mismos que un día, hace 3.000 años, vieron los ojos del faraón.