Una gran copa orejuda, que recuerda a la de la Champions League, sobresale en la decoración de la habitación. Andoni Payo, alias 'AndoniiPM', señala orgulloso su último triunfo: el trofeo de la victoria en la copa organizada por el club futbolístico Levante Unón Deportiva. Las paredes de su cuarto también rebosan fútbol. Destacan las celebraciones de la Roja en el Mundial 2010 y el Athletic, el equipo de sus amores. A modo de amuleto, un león de peluche, con los colores rojo y blanco y txapela, sonríe entre los mandos de la consola Play Station 4 y el teclado del ordenador. El cuarto de Payo, de 19 años, también es su oficina. Entreno cuatro horas diarias. Si tengo un torneo cerca, unas seis, explica este jugador profesional de videojuegos.

A los siete años le regalaron su primer FIFA y, poco después, su talento para el juego de futbol más popular del mundo era evidente. Con mis colegas, elegía un equipo peor para tener una motivación extra. Me ponía retos más difíciles para no aburrirme, cuenta. Payo compite en los llamados eSports desde 2016 cuando el club Movistar Riders llamó a su puerta.

Payo estuvo entre los diez mejores en el ranking de FIFA

Como cualquier estrella futbolística, el club que lo desee deberá pagar una especie de cláusula de rescisión. En su caso, equivale a 10 veces su sueldo. Aunque evita precisar la cifra, dice cobrar entre 1.000 y 3.000 euros mensuales. Nunca he dicho lo que cobro. No quiero dar la imagen de presumido o de rico. Me gusta ser humilde, afirma este videojugador catalán quien también recibe ingresos por los torneos y publicidad.

A Payo, ahora número 33 (de un total de 2.200 gamers) en la clasificación mundial de FIFA, lo que más le gusta de su trabajo es viajar. Este año, las competiciones le han llevado a Paris, Bucarest, Londres, Manchester y Berlín. A su madre aun le cuesta entender la magnitud de una industria que en 2016 movió 1.163 millones de euros en España y empleó de manera directa a 8.790 personas. Es mucho sacrificio pero lo veo muy a gusto y le pone muchas ganas e ilusión, cuenta Ana Martín. Estamos muy orgullosos, sigue.

La rutina empieza a las 12.00, cuando suena el despertador. Un breve paseo da paso a la comida. De 16 a 18 horas, entrena. Tras un rato con los colegas o la novia, le esperan otras tres horas delante del monitor hasta las dos de la mañana. De noche, hay menos tráfico de gente y el juego se satura menos, señala. Su papel en redes sociales, muy activo, también forma parte de su rutina diaria. Sus vídeos, en los que él mismo retransmite sus jugadas, acumulan decenas de miles de reproducciones de sus fans.

Para Payo no hay duda, los eSports son un deporte. Tienen en común muchas cosas, como los valores. Además, debes estar muy bien física y mentalmente, defiende. Las largas jornadas de competición de hasta ocho horas seguidas de juego desgastan. El estrés es algo común entre los jugadores. En mi caso me exijo mucho porque quiero ser el mejor y eso estresa, explica. Antes de una competición, sale a correr para relajar los músculos y afrontar varias horas de tensión. Los aspectos técnicos tampoco ayudan. A veces depende más de la suerte que de tu juego y frustra bastante, comenta.

"España necesita profesionalizar más sus clubes"

Desde la ciudad deportiva de Movistar Riders en Madrid, el primer centro de alto rendimiento de Europa, que incluye un plató de televisión para retransmitir los partidos, el equipo técnico sigue la evolución de Payo a distancia. De momento, se encuentra cómodo. Me gusta mucho competir y esto me lo aporta", explica.

Creo que aquí tengo un hueco, dice, aunque reconoce el deseo, en el futuro, de volver a tocar el césped, esta vez, desde el banquillo técnico. El futbol real me gusta más, me veo como entrenador, dice. Hace años, la consola lo alejó de su equipo de Cambrils cuando competía en juvenil. Un primer curso como técnico, le abre la puerta para volver a los terrenos de juego. Antes, quiere llegar a la cima del fútbol virtual, que ya rozó el año pasado cuando se hizo con el décimo puesto en la clasificación mundial.

Payo rechaza algunos estereotipos. Nos imaginan como alguien que no sale de casa y se tira 15 horas jugando sin hacer nada más. Cada uno es como es. En FIFA, además, somos más extrovertidos, cuenta, entre risas. Sobre el papel de España en los eSports, cree que hay buenos equipos pero pide más profesionalización. Hay muchos clubs amateurs y pocos profesionales con grandes infraestructuras, describe.