La enfermedad meningocócica invasiva (EMI) se describió por primera vez en 1805. En todo el mundo se dan 1,2 millones de casos al año y por su causa mueren 135.000 personas. Es una enfermedad rara pero su diagnóstico, según los estudios, se omite con facilidad. Alrededor de 1 cada 10 pacientes con EMI fallece, incluso con un tratamiento médico adecuado. Entorno a 1 de cada 10 niños que sobrevive experimenta importantes secuelas y más de un tercio sufre uno a más secuelas físicas, cognitivas o psíquicas.

Un estudio de Ipsos Healthcare revela que «3 de cada 4 padres sitúan la meningitis entre las tres enfermedades de mayor riesgo para un niño, pero solamente un 29% sabe cómo se contagia». El informe que lo desvela se difundió la pasada semana en una jornada en Madrid organizada por GSK (fabricante de la vacuna Bexsero contra el meningococo B) dedicada a la Enfermedad Meningocócica Invasiva, ante especialistas en pediatría de todo el ámbito estatal. «El 89% de padres considera que deberían ser informados sobre vacunas fuera del calendario subvencionado».