A medida que aumenta la expansión del patinete eléctrico por las ciudades se incrementa también la posibilidad de ver uno de estos vehículos con dos ocupantes a bordo. Hay quienes han encontrado en ello una fórmula para llevar a los niños al cole apurando al máximo el reloj o ahorrándose el coche o la moto. Otros lo hacen por diversión con los amigos, pero el caso es que la legalidad de dicha acción no está clara. Lo que pasa es que como aún no existe una normativa estatal totalmente detallada al respecto, las administraciones municipales suelen optar por el 'laisse faire', un mirar hacia otro lado que será más difícil cuando entre en vigor el real decreto que prepara la Dirección General de Tráfico (DGT) para este tipo de vehículos. En ese texto quedará patente que los patinetes eléctricos son solo de "una plaza" y, por ende, estará prohibida la circulación de dos personas en el mismo dispositivo.

La propia definición técnica de estos artilugios como "Vehículos de Movilidad Personal" (subrayemos "Personal") ya deja entrever que lo de viajar en pareja no está hecho reglamentariamente para ellos. Sin embargo, para que no haya posibilidad de otra pícara interpretación, Tráfico pondrá negro sobre blanco la condición de que solo disponen de una sola plaza, según confirman a este diario fuentes del organismo que dirige Pere Navarro.

Se irá así también en la línea que marcará una normativa europea, que establecerá sin circunloquios que estos ciclos son aptos para un solo ocupante. Es más, quedará subrayado un requisito que ya establecía una instrucción dictada por la propia DGT en el 2016 y en cuyo apéndice se indicaba que los patinetes eléctricos y similares están permitidos para que circule sobre ellos una persona; el problema de aquellas indicaciones es que son muy genéricas, no tienen el mismo 'rango' que tendrá el futuro real decreto y dejan un montón de decisiones en manos de las "autoridades municipales", muchas de las cuales no tienen todavía ordenanza propia (como Esplugues de Llobregat) o hacen la vista gorda a la espera de que las órdenes de Tráfico sean más concretas.

Plataformas con bridas

Debido a ese limbo hay patinadores que incluso han puesto plataformas amarradas con bridas a la base y minimanillares inferiores para que los niños viajen más cómodos. Otros se dedican a correr a todo trapo como el fitipaldi que alcanzó los 80 kilómetros por hora en la Diagonal llevando a otra persona de paquete, y hay quienes echan hasta un vistazo al Google Maps del móvil de su acompañante poco antes de atropellar mortalmente a una anciana de 92 años, según ha reconocido el propio imputado.

Con el futuro reglamento de la DGT, los diferentes cuerpos de seguridad, especialmente los municipales, tendrán muchas más herramientas para actuar. Aparte de que quedarán fijadas las distintas categorías de los vehículos de movilidad personal y de los modelos superiores, con la correspondiente matriculación para los de mayor tamaño, quedará establecida también una velocidad máxima de 25 kilómetros por hora para los de uso más común y la prohibición de circular por las aceras, veto todo sea dicho que ya se aplica en la ciudad de Barcelona.

La capital catalana, que sigue siendo la más avanzada en cuanto a la reglamentación de patinetes eléctricos se refiere, es también una de las localidades donde el 'boom' de estos artilugios ha tenido una mayor onda expansiva. En algunos barrios estos dispositivos ya son casi más visibles que las bicicletas (ni que decir tiene que las bicicletas eléctricas) y eso obligó a la Guardia Urbana a llevar a cabo una labor de pedagogía explicando a los usuarios la ordenanza aprobada por el ayuntamiento en julio del año pasado.

Con esa actitud, los agentes se han dedicado primero a indicar a los patinadores las infracciones que pudieran cometer, pero en los casos más flagrantes ya han empezado a poner multas. Entre julio y diciembre del 2017 se impusieron 205 sanciones a vehículos de movilidad personal de uso particular, una cantidad que en lo que llevamos de año se ha multiplicado hasta las 1.468. La circulación de riesgo, ir por lugares que no corresponde y rebasar la velocidad permitida son los principales motivos por los que los infractores han tenido que abonar entre 100 y 500 euros como castigo, fueran dos personas las que iban encima del patinete o fuera solo una la que cometiera la imprudencia.