Se conoce como el desembarco de Mallorca la operación que las fuerzas republicanas llevaron a cabo en agosto de 1936 para retomar el control de la isla, entonces en manos del bando sublevado. A bordo del buque ‘Mar Negro’, unos 8.000 hombres y mujeres a las órdenes del capitán Alberto Bayo desembarcaron en la madrugada del día 16, pero la operación acabó en desastre. En solo tres semanas, el bando republicano acusó 1.700 bajas en combate. Bayo tuvo que ordenar la retirada y las tropas reembarcaron el 4 de septiembre, pero quedaron combatientes en la isla que fueron apresados y ejecutados por los nacionales. Los cuerpos de esta gran carnicería fueron enterrados en varias fosas comunes, la más grande de todas en la playa de Sa Coma, en Sant Llorenç de Cardassar. Allí, en el olvido, llevan más 80 años.

La situación está a punto de cambiar. Los gobiernos de Cataluña y Baleares firmaron este viernes un convenio de colaboración para exhumar e identificar los cuerpos enterrados en las fosas de Sa Coma, Riuet de Portocristo, Ses Coves Blanques y el cementerio de Son Coletes. Los cálculos de los expertos indican que puede haber hasta un millar de cuerpos. La gran mayoría son catalanes de las tropas republicanas que llevaron a cabo el intento fallido de reconquistar la isla. El convenio establece que la Conselleria de Justícia enviará un equipo de arqueólogos para recabar muestras de ADN y se encargará del traslado de los cuerpos que sean identificados, aunque no hay fecha aún para el inicio de los trabajos.

VIOLADAS, TORTURADAS Y FUSILADAS

Existe una foto tomada entonces en la que aparecen cinco milicianas que posteriormente fueron violadas, torturadas y fusiladas (una especie de psicópata de la guerra, Arconovaldo Bonaccorsi, ‘el conde Rossi’, enviado especial de Mussolini para apoyar militarmente a los franquistas, tenía la costumbre de fotografiar a los prisioneros antes de su fusilamiento). La identidad de las milicianas permaneció en la sombra durante décadas, hasta que en los años 90 los familiares de dos de ellas revelaron su identidad. Se trataba de las hermanas Daria y Mercedes Buxadé. Una investigación que ahora han llevado a cabo Tània Balló, Gonzalo Berger y Jaume Miró, germen del documental 'Milicianes' que se estrenará en la televisión balear el próximo martes (IB3) y más adelante en TV3, ha descubierto la identidad de otras dos, Teresa Bellera y María García, y puede que de la quinta, Ramona Soldevila, aunque sobre esta última hay dudas. "Como documentalistas no podemos afirmar cien por cien que sea ella", dice Balló.

El documental 'Milicianes' ha revelado la identidad de un grupo de milicianas fusiladas tras la retirada

Los familiares de las milicianas se desplazaron el jueves a Mallorca para asistir a la firma del convenio, pero sobre todo para visitar el lugar donde posiblemente fueron enterradas. "El relato que teníamos en la familia era que la tía había subido a un barco que se había hundido, nada más", dice Carla Bellera, sobrina nieta de Teresa. "Pero no sabíamos nada del papel político que había jugado. Yo he tenido un papel activo en varios movimientos sociales, y me preguntaba cómo es que en la familia nadie más había tenido este espíritu de lucha".

EL BATALLÓN FEMENINO

Teresa Bellera y sus compañeras se embarcaron en el ‘Mar Negro’ como integrantes del entonces recién creado entonces Batallón Femenino, una agrupación militar conformada exclusivamente por mujeres, pero eso sus descendientes, como otros detalles que revela el documental, solo han venido a saberlo ahora. "Todo esto nos ha producido por una parte sorpresa y emoción, pero al mismo tiempo rabia e indignación. Lo primero, porque descubres una parte de tu familia totalmente desconocida; lo segundo, la rabia, porque te enteras de qué cruel e injusta fue la historia". Aparte de asistir a la firma del convenio y de visitar Sa Coma (“fue extraño; hoy es una playa llena de turistas y hoteles, pero hay que imaginarla como era entonces, desierta, sin nada”), los familiares de las milicianas asistieron al preestreno del documental en la Sala Rívoli de Palma. Tuvo que ser emocionante.

Tras firmar el convenio, la consellera de Justícia, Ester Capella, explicó que es necesario "poner nombres y apellidos a las personas que aún están hoy enterradas en fosas comunes". “Como administraciones públicas tenemos la obligación éticas de abrir las fosas, desenterrar a estas personas, identificarlas y hacer entrega de los restos a los familiares para que puedan cerrar el duelo". La exhumación descubrirá mayoritariamente restos de combatientes republicanos, pero habrá también cadáveres de combatientes del otro bando. Capella subrayó que el deber de memoria es universal, y que el objetivo es "identificar a todas las personas, sin distinción".