Como todos los años, el último domingo de octubre de este 2018 tendremos que adelantar el reloj una hora para ajustarnos al horario de invierno, y el último domingo de marzo del 2019, retrasarlo de nuevo una hora para adaptarnos al de verano. Este simple ritual podría, sin embargo, tener en unos años los días contados. La Comisión Europea ha anunciado su intención de presentar una propuesta legislativa próximamente para abolir definitivamente esta obligación. «La gente quiere que se haga, así que lo haremos», ha manifestado en una entrevista su presidente, Jean-Claude Juncker.

La iniciativa es su respuesta a un debate que lleva años sobre la mesa -la Eurocámara aprobó en febrero pasado una resolución pidiendo una evaluación exhaustiva- y al resultado de la consulta pública que el Ejecutivo comunitario realizó entre el pasado 4 de julio y el 16 de agosto, en plenas vacaciones de verano, a través de internet. En ella participaron 4,6 millones de ciudadanos (tres millones de ellos, alemanes), una cifra récord según la Comisión. El 84% de los encuestados se mostraron partidarios de abolir el cambio de hora y perpetuar el mismo todo el año. La Comisión es partidaria de incluir en su propuesta el mantenimiento del horario de verano, aunque la decisión final, sea cual sea la propuesta que salga del Berlaymont, la tendrán los gobiernos europeos y la Eurocámara, que deberán negociar y aprobar la nueva ley. Se trata de un trámite político que habitualmente se prolonga unos dos años.