Un varón de 25 años murió ayer tiroteado por un hombre de 43 años, con antecedentes y que fue detenido, tras haberle pedido que no orinase contra su grupo de amigos desde una barandilla en una playa de Chapela, en Redondela (Pontevedra). Según informan fuentes policiales, a las 5.30 horas de la noche de san Juan el joven, que responde a las iniciales de A.D.B.P., recibió un disparo en la zona baja del pecho cuando pasaba la noche en la playa de Arealonga.

El autor de los disparos fue detenido con un arma de gran calibre en su poder cuando ya se había subido a un taxi en el que pretendía huir del escenario del crimen, gracias a las indicaciones de varios particulares, en especial de uno que lo vio entrar en el vehículo. Tras bloquear el taxi, los policías se abalanzaron sobre el presunto agresor para evitar que pudiera hacer uso del arma de fuego, que ya tenía en su mano para disparar contra los agentes. Según las primeras pesquisas, no existía relación previa entre la víctima, nacida en Redondela y residente en Vigo, y su agresor, quien cuenta con varios antecedentes y que en estos momentos permanece en dependencias policiales.

El motivo de la discusión que acabó en tiroteo podría ser que la víctima y un amigo suyo le recriminaran una actitud incívica, momento en que el agresor abrió fuego sin más sobre ambos, alcanzando solo a uno de ellos, mientras que el otro logró escapar. Varios testigos aseguran que el asesino orinaba desde una barandilla hacia el grupo de amigos donde estaba la víctima, por lo que tanto el ahora fallecido como la persona que huyó le recriminaron esta actitud, lo que desencadenó los disparos.

A las 5.45 horas la Policía Nacional recibió varias llamadas de particulares que informaban de que había habido un tiroteo en la playa de Arealonga y que uno de los disparos había alcanzado a una persona, que estaba muy grave. Los profesionales de Urgencias Médicas que se desplazaron al lugar confirmaron su muerte.

Varias dotaciones policiales que se encontraban próximas a la zona se desplazaron al lugar de los hechos y gracias a la colaboración ciudadana pudieron identificar y localizar en las inmediaciones al presunto homicida.

El detenido tenía antecedentes por atracos, tráfico de drogas y tenencia ilícita de armas y en el momento de su detención ofreció gran resistencia. Cuando fue interceptado el taxi en el que se había subido, trató sin éxito de abrir fuego contra los agentes que intentaban inmovilizarlo. El homicida no paró de bracear y dar patadas y de intentar hacer uso de su arma mientras forcejeaba con los policías en el asiento trasero del taxi.