El 50% de las gaviotas que sobrevuelan los barrios y las costas de Barcelona contienen en sus heces bacterias Escherichia coli (e-coli) multirresistentes a los antibióticos con que se tratan las infecciones bacterianas en los seres humanos. Así se demuestra en una investigación entre la Agencia de Salud Pública de Barcelona y el Instituto de Salud Global (ISGlobal), en la que, por primera vez, se ha demostrado la coexistencia de dos de las enzimas -llamadas carbapenemasas- que inducen resistencia frente a los antibióticos en las bacterias e-coli. Este hallazgo plantea la posibilidad de que las aves migratorias intervengan en la propagación de genes con resistencia antibiótica entre las personas.

La proporción de bacterias resistentes a más de tres antibióticos (multirresistencia) detectada en las personas ha aumentado de forma «alarmante» en las últimas décadas. Esto se debe, especialmente, al uso excesivo, abusivo o inadecuado de antibióticos tanto en seres humanos como con en los animales a su cuidado, que transmiten esa cualidad resistente a los fármacos al consumir su carne. Las heces de gaviotas analizadas en España -a las que se suman las de Barcelona- son las que tienen mayor número de e-coli resistentes entre las estudiadas en Europa.

«Vamos a investigar si existe un vínculo transmisor entre las heces de gaviota que se mezclan con la arena de las playas y parques de Barcelona, o con el agua del mar, y los ciudadanos que comparten esos ámbitos, afirma Jordi Vila, coordinador de la investigación. Los niños juegan en la arena, y los bañistas descansan allí, y es posible que exista esa relación». Un segundo estudio, que prevén realizar bajo el amparo de la UE, y en el que participarán investigadores de Dublín y Holanda, intentará esclarecer esa relación. Las bacterias e-coli colonizan de forma habitual el tracto intestinal de las personas, facilitando el metabolismo de algunos alimentos o la síntesis de vacunas. El riesgo infeccioso se inicia cuando esas bacterias invaden los conductos urinarios.