El estado de Texas (EEUU) ejecutó ayer a Terry Edwards, un reo condenado a muerte por el asesinato en 2002 de dos trabajadores de un restaurante de comida rápida del que había sido despedido. Edwards, un hombre negro de 43 años, fue declarado muerto a las 22.17 hora local (4.17 gmt) tras recibir una inyección letal en la cárcel de Huntsville, según notificó el Departamento de Justicia Criminal de Texas.Sus últimas palabras fueron: «Sí, hice la paz con Dios. Espero que todos ustedes hagan la paz con esto». La ejecución de Edwards estaba programada para las 18.00 hora local pero se retrasó algo más de cuatro horas porque sus abogados presentaron apelaciones de última hora, asegurando que el reo no fue quien apretó el gatillo y que su caso estaba contaminado por una mala práctica de la Fiscalía. No obstante, tras varias horas de incertidumbre, recibió la inyección letal en la prisión.