Israel Flórez, un hombre de 42 años de Toledo, ha asegurado a EL PERIÓDICO que la congregación Puerta del Ángel -perteneciente a los Testigos Cristianos de Jehová- le pidió que ocultara en el año 2000 los abusos sexuales que sufrió de pequeño -en 1979- por parte de un miembro de esta confesión religiosa.

Los padres de Flórez adoptaron la fe de los Testigos de Jehová en 1968. Él ya nació dentro de esta confesión religiosa. Cuando tenía 5 años, su madre le dejó un día con el hijo de unos amigos que tendría entre 17 y 18 años, también de la organización religiosa. Este se lo llevó a su casa, ubicada en el paseo de los Jesuitas (Madrid), lo encerró en su habitación, lo desnudó, le hizo tocamientos y se masturbó frente a él.

Tras escucharle, el anciano -este es el nombre que reciben las personas de mayor rango dentro de cada congregación- le respondió que comunicaría la información con la sede central de Ajalvir (Madrid). Días después, le explicó que lo mejor era "no hacer nada", que tenía que "dejar el asunto en manos de Jehová".

Tras este incidente, tanto él como su mujer se alejaron de la confesión porque se dieron cuenta de que esta celebraba audiencias judiciales por motivos tan peregrinos como "fumar, emborracharse, ser homosexual o ver pornografía" y, sin embargo, en casos como el suyo optaba por no actuar contra el agresor, quien "sigue a día de hoy formando parte del credo".

Flórez ha presentado recientemente una denuncia ante la Guardia Civil en Toledo que se suma a la de Noelia Piris y a la que Miguel García presentó en los Mossos d’Esquadra, así como a la de Sarah en Salamanca. Afirma que lo ha hecho porque quiere "evitar" que le ocurra a más gente lo mismo que le ha tocado vivir a él dentro de una organización que "no respeta libertades básicas que tienen todos los seres humanos".

"EXPULSADO POR PREGUNTAR"

La quinta denuncia presentada en sede policial contra esta organización la ha presentada Juan Bourgon, un hombre de 38 años residente en Santander. Ha sido recientemente expulsado de la confesión tras preguntar en su congregación acerca de la veracidad de noticias publicadas en los diarios 'El País' y 'El Mundo' que informaban sobre los abusos sexuales cometidos por miembros de los Testigos de Jehová en Estados Unidos y sobre las indemnizaciones millonarias que se estaban pagando a las víctimas.

Un anciano de su congregación, Cuatro Caminos (Santander), le pidió que se abstuviera de “hablar” con el resto de miembros de estas informaciones y le instó a escribir una carta a la cúpula que él mismo entregaría para resolver sus dudas. Bourgon ha hecho llegar a este diario la misiva que escribió y que nunca se envió.

Días después, dos ancianos montaron un encuentro con él, que duró seis horas, durante el que trataron de convencerle de que se trataba de publicaciones "orquestadas por el demonio". No lo lograron. Y siguió inquieto y hablando con sus conocidos. Poco después fue expulsado por "apostasía".

Su padre le ha retirado la palabra. "Cree que soy un enfermo mental", explica este hombre que ha visto truncada gravemente la relación con su familia al preguntar sobre los abusos sexuales a menores que se producen dentro de esta confesión.

Bourgon ha presentado esta denuncia tanto en el Cuerpo Nacional de Policía como en la Guardia Civil. El primer cuerpo entregó la querella a un juzgado de instrucción y este lo ha archivado porque "no aprecia ningún delito". Una decisión que ha recurrido. El segundo, de momento, según remarcan fuentes policiales, la tiene en cuenta como parte de su investigación sobre los abusos sexuales a menores silenciados dentro de este credo.