La sociedad de Testigos Cristianos de Jehová -nombre oficial de esta confesión en España- ha acumulado a lo largo del último mes cinco denuncias distintas. La primera la recogió a finales de septiembre la comisaría de Badalona de los Mossos d’Esquadra. Miguel García explicó a este diario que interpuso esta querella para destapar las audiencias judiciales paralelas que celebra esta confesión religiosa, las coacciones que sufren sus miembros y la ocultación por parte de la congregación de Cardedéu de los abusos sexuales que él sufrió con 16 años en Bélgica.

La segunda la presentó Sarah a principios de octubre en una comisaría de la Guardia Civil en Salamanca. Esta mujer explicó que los Testigos de Jehová de Brasil la expulsaron por su condición de transexual y después prohibieron a su madre y a su hermana que hablaran con ella.

A finales de octubre, Juan Bourgon denunció en Santander que fue expulsado de la congregación por pedir información sobre los casos de maltrato sexual infantil que estaban emergiendo en Estados Unidos.

Israel Flórez presentó hace pocos días la cuarta demanda en Toledo para explicar que el colectivo del que él formaba parte decidió tapar los abusos que sufrió con 5 años.

Con la denuncia de Noelia ya son 5 las querellas presentadas contra esta organización. Tres de estas reproducen una forma de proceder común ante los abusos sexuales a menores: no denunciarlos y mantenerlos en secreto.