El Caminito del Rey, considerado hasta su restauración como el sendero más peligroso del mundo, cumple hoy un año de su reapertura, con un balance de 300.000 visitas y un importante impacto económico, que ha revitalizado el turismo del interior en la provincia de Málaga. La rehabilitación del Caminito ha transformado la economía del Valle del Guadalhorce, sobre todo de los municipios de Alora y Ardales, y ha puesto el turismo de interior en Málaga en el punto de mira de turistas nacionales e internacionales.

El alcalde de Alora, José Sánchez Moreno, aseguró ayer que la reapertura del Caminito "ha marcado un antes y un después" en la economía comarcal. En este municipio, el sector hostelero y de servicios ha sido el más beneficiado y han aparecido nuevas empresas relacionadas con el turismo de interior y de aventura.

A las visitas, que superan las previsiones iniciales (250.000) y el impacto en el empleo, hay que añadir la repercusión mediática que ha tenido el Caminito desde su reapertura, de la que se han hecho eco más de un centenar de medios de comunicación nacionales y mundiales.

El Caminito del Rey abrió al público tras un año de obras y una inversión de la Diputación de Málaga de 5,5 millones de euros, de los que 2,2 se destinaron a la construcción de la nueva pasarela y el resto a la mejora de accesos y equipamientos en el entorno. La institución provincial ya prepara la segunda fase del proyecto, en la que se construirán dos centros de interpretación en Alora y Ardales, aparcamientos y se harán algunas mejoras en el recorrido.

Además, el Caminito del Rey es uno de los reclamos en las promociones turísticas internacionales que lleva a cabo la Costa del Sol, que apuesta por el turismo de interior y naturaleza para combatir la estacionalidad.