El papa Francisco emprende hoy su visita a Cuba y Estados Unidos, hasta el 28 de septiembre, con el embargo sobre la isla y la emigración al país norteamericano como telón de fondo del que será su viaje más largo.

Las relaciones bilaterales de estos dos países experimentan una apertura propiciada precisamente por la diplomacia papal, pero además el Vaticano expresó horas antes del viaje su deseo de que esta visita sirva además para que se ponga fin al embargo.

El secretario de Estado del Vaticano, Pietro Parolin, afirmó el jueves que "es de esperar (...) que una medida de esta magnitud, o sea una liberalización a nivel de vínculos y de lazos, sobre todo a nivel económico, pueda también conducir a una mayor apertura desde el punto de vista de la libertad y de los derechos humanos". Muy posiblemente este será el asunto principal del encuentro oficial que el Papa mantendrá con Raúl Castro el domingo 20 de septiembre en el palacio de la Revolución de La Habana, y cuando hable con el anterior presidente y líder de la revolución cubana, Fidel Castro.

La Casa Blanca adelantó hace unos días cuáles serán los temas que abordarán el Papa y el presidente estadounidense, Barack Obama, cuando se reúnan en el Despacho Oval el miércoles 23 de septiembre tras pronunciar sendos discursos en los jardines de la residencia presidencial.

Serán "las cuestiones medioambientales, la protección de las minorías religiosas, promover la libertad de religión en el mundo, pero también la acogida e integración de los inmigrantes y refugiados en nuestras comunidades", señaló en una nota.

Para el secretario de Estado del Vaticano, "uno de los temas más importantes de su visita será precisamente el de la inmigración". "Es una preocupación constante del Papa ante la emergencia que nos toca vivir en estos días. Sabemos cuántas han sido sus intervenciones, diría casi diarias, sobre este tema. Y al mismo tiempo se dirige a un país que tiene una larga historia de inmigración y también una larga historia de apertura, de acogida y de integración de las diversas oleadas de emigrantes que hasta ahí llegaron", afirmó. Han sido múltiples los llamamientos de asociaciones y de los colectivos de inmigrantes latinoamericanos para que el Papa se interese por su situación y la presente a Obama. "Espero de verdad que este encuentro por parte del Papa --que lleva esta preocupación en su corazón-- con un país que ha conocido este fenómeno en su historia, pueda ofrecer las pautas para la solución de los problemas", agregó Parolin.

Además, el Papa encontrará a la comunidad hispana y otros inmigrantes en el Independence Mall de Filadelfia el 26 de septiembre.