El conductor del autocar español con 59 personas a bordo accidentado en Lille, en el norte de Francia, fue imputado ayer por "heridas involuntarias" y "violación deliberada de una obligación particular de seguridad o prudencia", pero quedó en libertad bajo control judicial.

Fuentes judiciales señalaron a Efe que el chófer podía volver a España la misma noche de ayer, con la obligación de responder a las distintas convocatorias que reciba hasta la fecha del juicio, que podría celebrarse dentro de entre 12 y 18 meses.

El conductor, que en el momento del siniestro cubría la ruta entre Bilbao y Amsterdam, puede volver a conducir en España, pero no podrá ejercer su actividad en Francia hasta que se decida la sentencia.

El juez de instrucción retuvo los cargos solicitados por la Fiscalía, por los que podría recibir una pena de tres años de cárcel y 45.000 euros en el caso de la "violación manifiestamente deliberada" de la obligación de seguridad o prudencia, y una multa de 1.500 euros por las heridas involuntarias.

Entre las heridas involuntarias se contempla que haya para los afectados una incapacidad de trabajo inferior a tres meses o que no se vaya a dar una incapacidad laboral total.

El conductor, que dio negativo en las pruebas de alcoholemia y estupefacientes que se le practicaron el domingo, admitió durante su interrogatorio ante la Fiscalía que se fió del GPS sin prestar suficiente atención a la ruta.