El número de misiones militares de la UE se pueden contar con los dedos de una mano. Hasta ahora los gobiernos se habían centrado en estabilizar regiones de países como Malí o atacar a los piratas en el océano Indico. Si mañana los jefes de Estado y de Gobierno de la UE se ponen de acuerdo lanzarán una nueva misión "civil y militar", según confirmó ayer la Comisión, contra un nuevo enemigo al que no han conseguido doblegar: los traficantes de inmigrantes en el Mediterráneo y sus embarcaciones. A falta de definir un mandato, el objetivo será "capturar y destruir" los barcos en los que transportan hacinados y en condiciones de "esclavitud" --como denunciaba el ministro de Exteriores italiano, Paolo Gentiloni-- a miles de inmigrantes.

Es el elemento más novedoso del plan de 10 puntos avalado el lunes y que tratarán de concretar mañana los 28 líderes de la UE en una cumbre extraordinaria convocada por el presidente Donald Tusk. Según constata la Comisión Europea, estos criminales han empezado a amenazar a punta de pistola a las tripulaciones que acuden en ayuda de los inmigrantes, para recuperar las embarcaciones.