Uno de los médicos forenses que tomó parte en el levantamiento de los restos de una de las víctimas del falso shaolín Juan Carlos Aguilar ha relatado hoy que en el gimnasio que regentaba el acusado en el centro de Bilbao encontraron distintas partes de un cuerpo distribuidos en seis bolsas de basura.

La Audiencia de Bizkaia acoge hoy la tercera sesión del juicio contra el falso monje shaolín Juan Carlos Aguilar por el asesinato en junio de 2013 de la joven nigeriana Maureen Ada Otuya y la colombiana Jenny Sofía Rebollo.

En la sesión de hoy declaran cinco forenses del instituto vasco de medicina legal y dos ertzainas.

El primer forense que ha declarado ha relatado que tomó parte en el levantamiento de los restos cadavéricos de Jenny Sofía Rebollo, que fue descuartizada, y ha contado que en el gimnasio que regentaba el acusado, donde hallaron a Maureen Ada Otuya maniatada y amordazada y en estado de extrema gravedad, encontraron diferentes restos humanos cadavéricos.

Estaban distribuidos en seis bolsas de basura, que contenían "dos pies serrados" y "pelados", sin "adherencia de carne", una cabeza también "serrada", cuero cabelludo "quemado" e intestinos, entre otras partes de un cuerpo, según ha precisado.

En el baño del gimnasio también hallaron varios depósitos de lejía y el local, según ha señalado, olía mucho a esta sustancia.

Este especialista también reconoció a Maureen Adda Otuya en el hospital bilbaíno de Basurto, donde fue ingresada malherida el 2 de junio de 2013 tras ser rescatada del gimnasio del acusado y donde falleció tres días después.

Según ha relatado, la mujer, de 29 años, presentaba golpes en la cara y cabeza, abrasiones en ambas muñecas y tobillos y un "surco profundo" en el cuello provocado por "un cable, cuerda o lazo" con un nudo hecho desde la parte de atrás.

También presentaba los ojos inyectados en sangre, un signo de la estrangulación.

Ha contado, asimismo, que en una exploración genital de la mujer no halló lesiones traumáticas externas, pero sí comprobó posteriormente la existencia de espermatozoides.

El especialista ha considerado que aunque la víctima estaba maniatada se defendía porque los golpes que recibió no hicieron que perdiera la conciencia.

Ha considerado, asimismo, que para inmovilizar a una persona a la que se pretende matar es necesario golpearla y que asfixiarla "cuesta".

Ha puntualizado, sin embargo, que el falso monje shaolín practica artes marciales, con lo que "sabe inmovilizar mejor que otras personas".