Investigadores estadounidenses han logrado un nuevo hito hacia el futuro tratamiento de la diabetes de tipo 1 al conseguir que una célula obtenida de la piel de una enferma se transformara -mediante una técnica de clonación y luego de cultivo especializado- en células madres productoras de insulina. Las células obtenidas tienen el mismo ADN que la donante.

Las personas con diabetes de tipo 1, enfermedad autoinmune que suele manifestarse en la infancia o la juventud y que se caracteriza por la muerte de las células beta productoras de insulina en el páncreas, necesitan de forma constante un suministro artificial de la hormona para controlar el nivel de azúcar en la sangre. El nuevo trabajo es un avance hacia "la provisión de células de reemplazo genéticamente compatibles para trasplantes", escribió en un comunicado el coordinador del trabajo, Dieter Egli, investigador de la Fundación para la Investigación de Células Madre en Nueva York.

SIN RECHAZO Las células beta obtenidas, además de ser compatibles con la donante, lo que evitaría problemas de rechazo, "producen tanta insulina como las de un páncreas sano", añadió Egli. Cuando se trasplantaron a ratones, funcionaron con normalidad. En el estudio, que se publicó ayer en la edición digital de la revista Nature , también participaron científicos de la Universidad Hebrea de Jerusalén.

Eso sí, no debe hablarse de curación a corto plazo: Egli no tiene previsto trasplantar las nuevas células beta a la donante, que tiene 32 años, porque su destino sería el mismo que las células originales (el alterado sistema inmunitario también las destruiría).