Alejandro Galán, Jano para los amigos, tuvo una vida plácida hasta que en febrero del 2012, unas molestias en el brazo izquierdo le llevaron a urgencias del Instituto Universitario Dexeus. Gran jugador de pádel, debió pensar que lo mejor era echar un vistazo a ese dolor y pasar página cuanto antes para volver a la pista. Tres meses después, tras infinidad de pruebas y mucha incertidumbre, este hombre corriente que había sido todo un pieza en los jesuitas de Sarrià, con un buen trabajo, casado con Natalia y padre de tres hijos pequeños, dos de ellos, gemelos, descubrió que padecía ELA (Esclerosis Lateral Amiotrófica), una cruel enfermedad degenarativa sin remedio conocido hasta ahora y con una esperanza de vida de entre dos y cinco años.

Se vino abajo, pero pasado ese luto de oscuridad, empezó a darse cuenta de la suerte que había tenido hasta ahora, de la necesidad de disfrutar de cada uno de los minutos que le quedaban. "Todos nos vamos a morir algún día. La diferencia es que yo sé más o menos cuándo", suele repetir, cuando alguien saca el tema sin que él se moleste en absoluto. En julio del 2013 creó el Proyecto DGeneración, una ventana al mundo desde la que contar su enfermedad de un modo que un médico nunca podrá hacer: sin tecnicismos, con una frialdad y una sinceridad escalofriantes. Pero también con sentido del humor, poniendo nombre a las etapas que iba viviendo, como "la del borracho", "el abuelito" o "el canguro mareado perdido en la ciudad".

El pasado mes de diciembre se organizó en su colegio, el Sant Ignasi, un torneo solidario de futbol al que acudieron más de mil exalumnos. Jano había sido también un gran futbolista, y ese día, soleado, disfrutó como nadie del calor de mucha gente que llevaba años sin saber de él. Pocos días después se celebró un concierto solidario para recoger fondos para el proyecto de Jano. Monica Green, que prestó su voz a la causa, llenó el Palau de Congressos de Barcelona. En el acto se proyectó un video de unos pocos minutos que dejó al público enmudecido; helado. Jano aparece en su casa, y su voz en off va narrando su experiencia reciente, trágica si uno es corto de miras, llena de lecciones si se observa más de lejos.

Entrevistado en la radio

El periodista Jordi Basté se ha hecho eco en su programa de radio, que ya estuvo en este mismo espacio el pasado octubre, cuando aún podía hablar. Ese día dejó buena muestra de su nueva personalidad. "Hoy ya he celebrado la vida varias veces: cuando he abierto los ojos, cuando he sido capaz de ir solo al baño, cuando he escuchado a los niños en su habitación, cuando he visto a Natalia...".

El vídeo muestra a un Jano con sus capacidades físicas reducidas. Pero con la cabeza mucho más amueblada que nunca. Basta con darse una vuelta por su web para comprobar que, como dice él, "la vida es un regalo que debemos agradecer y sentir plenamente". "Mi vida ya no es mía. Ahora empiezo a vivir", comparte en la cinta.