La Federación Española de Bancos de Alimentos (Fesbal) se ha propuesto una "gran recogida" nacional de 10 millones de kilogramos de productos no perecederos para personas necesitadas en dos jornadas, el 29 y 30 de noviembre, para lo que se requieren 60.000 voluntarios.

Con este fin se colocarán más de 5.000 mesas en tiendas, supermercados y grandes superficies de toda España, además de la recogida en empresas, centros educativos y diferentes instituciones, a los que Fesbal ha manifestado agradecimiento.

Los alimentos se destinarán a entidades benéficas reconocidas por las administraciones públicas y la Iglesia, que serán las encargadas de distribuirlos entre quienes pasan más necesidad, cuyo número ha aumentado en España a causa de la crisis económica.

Más allá de la cantidad y el valor material de los productos, se trata de un "aldabonazo" en la conciencia de los ciudadanos para ayudar a los demás, según ha destacado el director general de Fesbal, Manuel Juristo, en la conferencia de prensa de presentación de la campaña.

Parece que la economía va mejorando en los grandes números, pero es muy difícil que la sociedad lo note hasta que no baje el paro considerablemente, ha advertido.

En 2012, los 55 bancos de alimentos federados, atendidos por 2.000 voluntarios -la mayoría de más de 65 años-, repartieron 104 millones de kilos, equivalentes a 400 millones de comidas para 1,5 millones de personas.

El valor calculado es de 280 millones de euros, con un coste de gestión de 2,8 millones, lo que se traduce en una rentabilidad que no es económica realmente, sino social, según Fesbal.

Si en España hay tres millones de personas en situación de pobreza severa, según un estudio de Cáritas citado por Fesbal, se necesitaría el doble de alimentos donados para llegar a todas ellas, ha alertado Juristo.

El presidente de Fesbal, José Antonio Busto, ha indicado que se está intentando conseguir más alimentos infantiles, como leche de continuidad.

En estas circunstancias, ha proseguido Juristo, no se entiende el "despilfarro tan grave de comida", pues se calcula que Europa tira cada año la mitad de la que produce; España, nueve millones de toneladas; y en todo el mundo, la tercera parte de todos los alimentos.

Ha insistido en que se trata de que España entera "se vuelque" en esta campaña de solidaridad real, pues la que se queda sólo en el sentimiento tiene poca duración.

Los voluntarios interesados en participar específicamente en estas dos jornadas pueden consultar las web www.bancodealimentos.es.

Con los diez millones de kilos que se espera conseguir en esta primera recogida masiva nacional, que se repetirá cada año, se podrán atender a 150.000 personas.

Según el director de Operaciones y Finanzas de Fesbal, Ignacio Cuartero, el coste de la campaña llega a los 400.000 euros, que se dedicarán a la adquisición de cajas de cartón, dos millones de bolsas de plásticos, petos para los voluntarios y la suscripción de un seguro de responsabilidad civil y accidentes para esas dos jornadas.

La elección de las fechas, que en Madrid se amplían al 1 de diciembre, se debe a la proximidad de la Navidad, cuando "se ablandan un poco" los corazones de las gentes y a que suelen ser días de mayor disposición a colaborar gastando algo en la ayuda de los demás.

Este primer año, la campaña está apadrinada por Joan Roca, declarado mejor cocinero del mundo por el la revista "The Retaurant Magazine".

Desde 2010, la actividad de los bancos de alimentos españoles tiene un crecimiento del 20 % anual, el mayor de Europa; pero aún así, aumentan más de prisa las necesidades de la población que los recursos para satisfacerlas.

A veces, los bancos de alimentos no crecen porque no disponen de infraestructura suficiente, como almacenes, no porque falten donaciones.

En esta campaña de "gran recogida" colaboran pymes y grandes empresas de alimentación, distribución, energía, finanzas y otros sectores.

Juristo ha destacado la responsabilidad social corporativa, pues hay empresas que han donado furgonetas a los bancos de alimentos y otras dinero para la adquisición de alimentos o para la transformar en derivados los excedentes de frutas de la UE -por valor de 80 millones de euros- a través del Ministerio de Agricultura.