El fraude de la carne de caballo ha llegado a España sin que ni el Gobierno ni las comunidades autónomas, encargadas de la inspección de consumo, lo hayan detectado. Ha sido la propia empresa afectada, la multinacional suiza Nestlé, la que el lunes ordenó la retirada de raviolis y tortellinis de carne de la marca Buitoni distribuidos en España e Italia al hallar "rastros superiores al 1% de carne de caballo" en unos análisis de ADN llevados a cabo a raíz de los fraudes detectados en Europa.

La empresa afirmó que no se trata de un problema sanitario y que las personas que hayan consumido estos productos no deben temer nada, ya que es un problema de etiquetado correcto y, por tanto, solo de fraude. La carne procedía de la empresa alemana H. J. Schypke, subcontratada por uno de los proveedores de Nestlé, que le había suministrado un producto teóricamente 100% vacuno. Todas los alimentos de la multinacional suiza elaborados con la carne de este proveedor han sido retirados ya del mercado.

Para las organizaciones de consumidores, la reacción de la multinacional contrasta con la inacción del Gobierno español. "Hace un mes que la agencia de seguridad alimentaria de Irlanda dio la voz de alerta al detectar el primer caso y aquí no se ha hecho nada", lamentó un portavoz de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU). Esta entidad teme que el fraude esté mucho más extendido.

El mes pasado la propia OCU hizo público un análisis de hamburguesas preparadas que había detectado el fraude con carne de caballo en dos marcas, Alipende (Ahorramás) y Eroski. Ambas firmas retiraron los productos de la comercialización, pero la Administración "no hizo nada", denunció el citado portavoz.

Mientras en Italia el Ministerio de Sanidad envió ayer a la policía a la planta de Nestlé en Milán para comprobar la retirada de los productos, el Gobierno español se limitó a remitir a las iniciativas aprobadas por la Comisión Europea, que para España consisten en la realización de 150 análisis de ADN. "Se está decidiendo cómo, cuándo y quién los paga", señaló un portavoz del Ministerio de Sanidad.

El secretario de Estado de Comercio, Jaime García-Legaz, aseguró, por su parte, que el escándalo de la carne de caballo no le causa ninguna preocupación en estos momentos, ya que todos los productos que se comercializan en España están "perfectamente controlados".

Tanto la OCU como la organización de consumidores Facua exigieron que el ministro de Agricultura y Medio Ambiente, Miguel Arias Cañete, que comparte las competencias con Sanidad, "comparezca para dar explicaciones". Y recordaron que la semana pasada había asegurado que en España no existía ningún problema de fraude con carne de caballo.