Los glaciares de los Andes han reducido su extensión entre el 30% y el 50% desde 1970 y algunos podrían incluso desaparecer por completo en las próximas décadas si prosigue el aumento de las temperaturas, según advierte el más exhaustivo análisis realizado hasta ahora sobre la pérdida de hielo en la gran cordillera sudamericana.

Los autores del trabajo explican que los glaciares andinos, una fuente vital de agua dulce para decenas de millones de personas, han estado retrocediendo desde el fin de la llamada Pequeña Edad de Hielo, un periodo frío que se prolongó entre el siglo XVI y principios del XIX, pero que el proceso se ha acelerado sobremanera en las últimas décadas.

El estudio lo ha coordinado Antoine Rabatel, del Laboratorio de Glaciología y Geofísica Ambiental de Grenoble (Francia), y en él han participado también investigadores de diversas universidades de Perú, Bolivia, Ecuador, Suiza y Estados Unidos. Los detalles de la investigación se han publicado en The Cryosphere, una revista de acceso abierto de la Unión Europea de Geociencias (EGU).

El estudio ha incluido datos de cerca de la mitad de todos los glaciares andinos situados en zona tropical, concretamente los de Perú (71% del total), Bolivia, Ecuador y Colombia.

Peor a menor altitud

Salvo contadas excepciones, todos los glaciares andinos han disminuido. El proceso, no obstante, es mucho más pronunciado en los pequeños glaciares de baja altitud. Concretamente, los situados en altitudes inferiores a 5.400 metros han perdido anualmente 1,35 metros de espesor de hielo (un promedio de 1,2 metros de agua equivalente) desde finales de los años 70, una tasa que duplica la de los mayores glaciares a gran altitud.

"Dado que el espesor máximo de estos pequeños glaciares de baja altitud rara vez supera los 40 metros, con tal pérdida anual probablemente desaparecerán por completo en de las próximas décadas", dice Rabatel.

La tasa de retroceso en los Andes es también ligeramente superior a la constatada en otras cordilleras del mundo, prosiguen los autores.

Los investigadores informan, además, que la cantidad de lluvia en la región no ha cambiado mucho en las últimas décadas y, por tanto, no puede ser la responsable de los cambios apreciados en los glaciares. En su lugar, los autores recuerdan que las temperaturas en la zona han aumentado un promedio de 0,15 grados centígrados por decenio desde 1950.

Abastecimiento de ciudades

Según los autores, el suministro hídrico de algunas ciudades se encuentra amenazado. "Los glaciares proporcionan alrededor del 15% del suministro de agua en La Paz, la capital de Bolivia, durante todo el año, aumentando a un 27% durante la temporada seca", recuerda Álvaro Soruco, investigador boliviano que participó en el estudio. Los autores citan, por ejemplo, el caso del glaciar boliviano Chacaltaya, que llegó a tener incluso una estación de esquí y que ya ha desaparecido casi por completo.