Un fármaco diseñado por el investigador español Ramón Cacabelos, que ya ha sido patentado en Estado Unidos, podría ser un preventivo de la demencia de alzhéimer, actuando como una vacuna, o incluso revertir la degeneración a que da lugar esta enfermedad, según anunció ayer el propio investigador, que presentó el producto en Madrid. El medicamento (EB-101) ha sido estudiado con ratones transgénicos en el Centro Médico EuroEspes de A Coruña, donde ejerce Cacabelos, y en los próximos meses prevén iniciar el ensayo con personas sanas y enfermas.

De los primeros resultados proporcionados por los estudios se desprende, explicó Cacabelos, que su fórmula podría duplicar la esperanza de vida de los enfermos de alzhéimer, que en la actualidad es de tres a ocho años tras el diagnóstico. En los animales tratados con EB-101, que sufrían degeneración neurológica, se observó que el proceso destructivo se detenía y que se reducían de forma "espectacular" los signos patogénicos que caracterizan el cerebro de los enfermos de alzhéimer: se redujeron los depósitos de la proteína beta amiloide, hubo menos ovillos neurofibrilares y disminuyeron las reacciones neuroinflamatorias, explicó el científico.

Los investigadores insistieron ayer en la importancia de la prevención de esta demencia, que se manifiesta a partir de los 60 o 65 años. El alzhéimer, explicaron, empieza a minar las neuronas una vez el cerebro deja de madurar, hacia los 30 años. "Se disponen de 30 o 40 años para interceptar el curso de la enfermedad", dijo Cacabelos. En ese periodo se centran los estudios que se realizan en EEUU o Japón para obtener un fármaco que ejerza de vacuna del alzhéimer.

Cacabelos se mostró prudente al hablar de la administración del fármaco que ha diseñado, que podría estar en el mercado dentro de ocho años. "Yo nunca seré partidario de administrar esta vacuna contra el alzhéimer de forma indiscriminada o masiva --advirtió--. Hemos de adaptar los fármacos a la capacidad de respuesta de cada paciente".