El más completo análisis del aumento del nivel del mar en el conjunto del planeta, basado en mediciones con satélites a lo largo de los últimos 18 años, ha concluido que el ritmo de incremento ronda los 3,2 milímetros por año, una cifra aparentemente minúscula pero en absoluto inofensiva: solo con que se mantenga este ritmo, y todo indica que va a aumentar, el nivel habrá subido 30 centímetros al concluir el siglo.

Los resultados, presentados por la Agencia Espacial Europea (ESA) en un congreso en Venecia, se han obtenido gracias a los satélites ERS, Envisat, Topex-Poseidon y, más recientemente, los Jason 1 y 2, gestionados por la NASA y el CNES (la agencia espacial francesa). Todos estos satélites van equipados con altímetros por radar o radioaltímetros, instrumentos que funcionan emitiendo pulsos de microondas de radio hacia el suelo. "En función de lo que tardan en regresar se puede saber la distancia con precisión", resume Juan José Martínez-Benjamín, profesor del Departamento de Ingeniería del Terreno de la Politécnica.

Claro está que los altímetros necesitan trabajar con la red GPS para poder georreferenciar su posición exacta. Y hablando de una altura de muchos kilómetros, determinar los milímetros no es una tarea fácil. Está previsto que el próximo Jason 3 mejore las prestaciones de sus antecesores haciendo cada 10 días un mapa topográfico del 95% de los océanos. El Sentinel-3 también va a ofrecer una información similar a partir del 2015.

MAREOGRAFOS Los datos de los satélites se complementan con los obtenidos por mareógrafos situados en puertos. Aunque las estaciones costeras aportan una visión incompleta del aumento del nivel del mar, la información que proveen es de gran interés porque muchas han funcionado de manera ininterrumpida desde hace dos siglos. La Administración Atmosférica de EEUU, por ejemplo, dispone de datos del puerto de Brest (Francia) desde 1807, y del de Nueva York, desde 1856. Los análisis de mareógrafos y satélites son "consecuentes entre ellos, siguen la misma línea ascendente", añade Martínez-Benjamín.

Teniendo en cuenta la información suministrada por mareógrafos, el aumento medio anual del nivel de los océanos fue de 1,7 milímetros entre 1900 y el 2000, aunque el ritmo se ha triplicado desde principios del siglo XX hasta nuestros días.

EXTRAER CONCLUSIONES A nivel regional es difícil precisar. Agustín Sánchez-Arcilla, director del Laboratorio de Ingeniería Marina de la UPC, explica que para poder determinar si hay o no un incremento "se necesitan series temporales largas".

Para empezar a extraer conclusiones del Mediterráneo occidental es necesario analizar los datos, por ejemplo, del histórico mareógrafo de Marsella, tal y como ha hecho el proyecto Circe. "Su evolución en el siglo XX muestra muchas irregularidades, pero en los últimos 10 años se está acelerando el aumento", resume Sánchez-Arcilla.

RED DE PUERTOS En España también toman datos la red de Puertos del Estado y el observador Josep Pascual. El análisis global de la ESA muestra que el incremento de los últimos 18 años ha variado mucho dependiendo del océano. En las Filipinas se ha registrado un aumento de 10 milímetros por año, mientras que hay zonas donde decrece hasta 6 (al margen del dramático descenso observado en el mar de Aral). Estas aparentes discrepancias obedecen a la fluctuación en los vientos y la salinidad, a diferencias en la gravedad terrestre y hasta a la actividad tectónica de las cuencas oceánicas, pero posiblemente el principal factor sea el advenimiento (o no) del fenómeno conocido como ENSO (El Niño o La Niña), que se manifiesta calentando o enfriando la temperatura superficial del agua del Pacífico.