Los enfermos celiacos, que sufren intolerancia a los alimentos que contienen gluten de cereal, consiguieron ayer que el Ministerio de Sanidad admita que, para ellos, el pan forma parte del único tratamiento eficaz que mantiene bajo control su alteración, y acepte reducir el impuesto de valor añadido (IVA) que se aplica a los panes sin gluten, que pasarán de estar gravados con el 10% actual al 4% que recae sobre el pan común. El cambio proporcionó una alegría incompleta para los 40.000 celiacos en toda España.

El gluten no tolerado por los celiacos es la proteína fundamental del trigo, centeno, cebada, avena y espelta. Si un celiaco toma algún alimento que contiene harina o un alimento que contiene gluten de dichos cereales, su cuerpo reacciona de inmediato causando diarrea, vómitos, hinchazón abdominal y mala absorción. Lo comido no llega a la sangre, los músculos o los huesos. No les alimenta. De persistir en una dieta con gluten, los celiacos pueden sufrir enfermedades leves, o graves. Abortos repetidos, osteoporosis precoz (incluso en niños), fibromialgia, diabetes o cáncer gástrico pueden tener como desencadenante una intolerancia al gluten no controlada.

LAS PRUEBAS Detectar esta enfermedad exige que el médico sospeche de su existencia y solicite un análisis sanguíneo en el que se apliquen los marcadores que certifican la existencia de patrones celiacos. Una biopsia del intestino delgado corrobora dicha alteración. "Muchos médicos, sobre todo en mutuas privadas, son muy reacios a hacer el análisis con marcadores, y no es fácil tener un diagnóstico", lamenta un afectado.