A diferencia de lo ocurrido en el terreno económico, donde ha tomado numerosas medidas contrarias a lo prometido, el Gobierno de Mariano Rajoy aplicará al pie de la letra la reforma de la asignatura de Educación para la Ciudadanía ofrecida a la jerarquía católica y a los sectores sociales más conservadores. La nueva materia, que será debatida el jueves por el ministro de Educación, José Ignacio Wert, con los consejeros autonómicos, pasará a llamarse Educación Cívica y Constitucional y eliminará las referencias a la homosexualidad y a la educación contra los prejuicios sociales racistas, xenófobos, antisemitas, sexistas y homófobos.

Los colectivos de gais y los partidos de la oposición han criticado con dureza los cambios, justificados por el Ministerio de Educación en la necesidad de acabar, en línea con la Conferencia Episcopal Española, con el "adoctrinamiento" de los alumnos. También censuran la poda que el borrador hace del párrafo del real decreto del 2006 que entendía los derechos y deberes humanos como "conquistas inacabadas". Asimismo censuran la eliminación de la referencia a la "compensación de las desigualdades", "el rechazo de las discriminaciones provocadas por las desigualdades personales, económicas o sociales" o "la falta de acceso a la educación como fuente de pobreza".

La nueva materia alabará el papel de la iniciativa económica privada "en la generación de la riqueza" y educará contra los nacionalismos "excluyentes". Los portavoces de varios grupos pidieron ayer la comparecencia de Wert en el Congreso para que explique los cambios sobre la educación sexual y afectiva y la "visión nacionalista del Estado".