Aseguran que nunca hasta ahora, al menos desde que la democracia regresó a España, ha habido una convocatoria tan unánime, tan unitaria en el sector educativo: desde las guarderías que atienden a niños de 0 a 3 años hasta las universidades. Padres, maestros, estudiantes, colectivos de renovación pedagógica... Todos están llamados hoy a secundar una jornada de paro en la enseñanza pública española. Son 7,5 millones de alumnos y --contando solo los no universitarios-- más de un millón de trabajadores.

¿Las razones de tamaño descontento? El real decreto que el pasado 20 de abril publicó el Ministerio de Educación --validado el pasado jueves por la mayoría absoluta del PP en el Congreso de los Diputados--, con el que se busca recortar unos 3.000 millones de euros en este ámbito. Para conseguirlo, el Gobierno permite aumentar hasta el 20% el número de alumnos por aula y elevar el 66% la tasa que pagan los universitarios por matricularse en un grado. Estas son las dos medidas más controvertidas, las que más impacto directo tienen sobre el alumnado. Pero los profesores protestan, además, porque se les incrementa la carga lectiva --con el mismo sueldo-- y no se cubrirán las bajas laborales de menos de 10 días.

SERVICIOS MINIMOS Quienes hoy decidan llevar a sus hijos al colegio dispondrán, como suele ser habitual en jornadas como esta, de un profesor para atender a cuatro grupos de alumnos, en el caso de la educación infantil y primaria, y de un tercio de los maestros del centro en el caso de las guarderías (de 0 a 3 años), según los servicios mínimos establecidos.

A las guarderías municipales tendrá que acudir al menos un miembro del equipo directivo y una tercera parte de la plantilla de docentes. En los institutos de secundaria, conservatorios y escuelas de música, el mínimo decretado es de un directivo y un administrativo.

Pese a ello, la pretensión de los convocantes (USTEC, CCOO, UGT, CGT y ASPEPC, las federaciones de padres Fapac y Fapaes, plataformas estudiantiles, colectivos de pedagogos y la Federación de Movimientos de Renovación Pedagógicos) es que el sistema público se paralice.

UN IMPACTO DESIGUAL Otras fuentes del sector, en cambio, dudaban ayer de que el seguimiento de la huelga sea finalmente tan masivo como desean los convocantes. Algunos de los críticos con la movilización consideran que el momento, tan próximo al final del curso, no es oportuno, mientras que otros recuerdan que la educación lleva casi todo el curso de protesta en protesta, lo que ha llevado a cierto cansancio entre los docentes.

Con todo, la mayoría de los equipos directivos de centros consultados por este diario dijeron compartir las quejas.

En los centros concertados están llamados a la huelga solo los profesores, aunque en este caso no se espera que haya un gran seguimiento.